‘A veces’
Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
«Lo digo y no me corro».
Pero él disimulaba.
Estupendo poema de Ángel González. No creo que la poesía sea como un orgasmo, sino las más las veces un atracón de azúcar, donde los poetas, o considerados tales, nos aburren hablando de amores imposibles, de corazones rotos, amaneceres fragmentados e ilusiones pulverizadas.
Me va más la prosa contundente de Bukowski o el sexo sin aditivos de Boris Vian.