Tras la lectura de Si esto es un hombre proseguir con La tregua se me antojaba una acción ineludible. La tregua comienza donde acaba el anterior. Los alemanes se ven obligados a dejar los campos de concentración a toda prisa ante el avance ruso. Así, Levi y muchos otros se encuentran en los campos abandonados a su suerte, expuestos al frío, muchos de ellos enfermos de disentería, sin apenas alimentos, pero al fin libres, sin el yugo exterminador de los nazis. Es entonces cuando tras dejar el campo, uno de los muchos campos existentes conformado por más de mil personas, entre las que se encuentra Levi, inician el regreso a su patria, a Italia. No les será fácil. La Guerra aún no ha terminado, las infraestructuras son precarias y tardarán unos cuantos meses en cubrir los kilómetros que separan Buna de Turín.
En este peregrinaje Levi nos cuenta un montón de anécdotas hilarantes. Levi no hace más que testimoniar lo que ve: la forma de ser de los rusos, tan distintos a los nazis en cuanto a disciplina y orden, su quehacer en horas muertas en ciudades en donde todo es objeto de compra y venta. Reina un caos controlado. Europa renace de sus cenizas tras la muerte de Hitler y la caída del ejército alemán. No hay aquí personajes, sino personas de carne y hueso, figuras que perdurarán en mi memoria, por su carga de profundidad (seres como Hurbinek, Mordo Nahum, El Moro de Verona, Cesare, Cantarella, y muchos otros).
Levi, logra en este libro de algo más de 300 páginas, lo que otros libros de historia no logran, ofrecer un retrato luminoso y subyugante de esos momentos históricos, en esa travesía que llevará a Levi en tren por media Europa: Polonia, la URSS, Hungría, Rumanía, Austria, Alemania y finalmente el regreso al hogar.
Hay en la narración momentos desternillantes, otros, en los que uno siente la angustia del protagonista o bien su aburrimiento, abonado este de una tensa espera.
Es La tregua, un libro espléndido, por los hechos que cuenta y por el modo de narrar de Levi, que convierte su historia real en un relato fascinante que debe ser leído sin falta.