Celso Castro
Libros del Silencio
2010
157 páginas

De Celso Castro solo había leído su relato incluido en el libro de relatos de varios autores Mi madre es un pez, el cual no me llamó mucho la atención.

Esta novela corta, precedida del relato La cuervo, de 1999, sin embargo me ha gustado bastante.

Luego he leído Astillas, más floja que esta y entre culebras y extraños que es una maravilla.

Hay novelas que te alegran el día, que por unas horas te arriman a eso que llamamos felicidad. Quizá fuera porque tenía sincio de playa, porque el cielo se bañaba en el Cantábrico, porque el sol caía a plomo y la cerveza era casi un milagro, tener a mano, bajo la sombrilla, y en un ambiente como el descrito, la novela de Celso ha hecho de un día estupendo, uno perfecto.

La novela de Celso aúna humor, inteligencia, surrealismo, personajes entrañables (la madre fantasma, la abuela anclada en Viena, el asesinado filósofo, los disonantes, el adolescente evanescente, etc) unos diálogos pegados a la realidad impregnados de filosofía y sabiduría.

Es patente que la búsqueda de la felicidad, es la búsqueda de esa otra mitad, de ahí que nuestro protagonista encuentre el rumbo, en la piel ajena de distintas féminas, cada una distinta, cada una especial y su mirada sea la de una adolescente a quien la realidad le sobrepasa y le sobrepesa, y trate de rasgar el velo de la realidad con sus libros, porque hay mucha literatura, bien digerida, en este afinador de habitaciones, y mucha filosofía, y unos personajes que hablan de Nietzsche de Leibniz, que escuchan música clásica. Pero todo esto son detalles sin importancia, morralla. La filosofía no hace bueno un libro, si es un mero parafraseo.

A la novela de Celso Castro llegué por casualidad, por descarte, porque no quería irme de la biblioteca con las manos vacías. No siempre se acierta, no, pero leer a este gallego al que califican como un secreto a voces, vale y mucho la pena.