Las altas expectativas a menudo son contraproducentes. Muchas ganas tenía yo de hincarle el diente a Guerra y paz, con traducción de Lydia Kúper, y ahora que llevo 320 páginas leídas estoy un tanto desinflado y creo necesitar el aliento de algún lector ultrafondista tolstóiano que me anime a continuar, porque se me van cruzando libros de Vila-Matas, Alcantarilla, Neuman, Cabrera, Nerval, Bolaño, Aira… y cada vez me cuesta más retomar el novelón de Tolstói, que avanza a paso de burra. Cuando he leído otras obras extensas, ya fuera Fortunata y Jacinta, La Regenta, 2666, las he leído con fruición desde la primera página. En ésta llevo casi un 20% y ni fu ni fa. 320 páginas con las que Aira me hubiera escrito ya tres novelas. Bueno, sigamos, !Qué podía importar todo ello en comparación con los designios de Dios, sin cuya voluntad no cae ni un solo pelo de la cabeza del hombre!
Expectativas
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