-Advierte, Sancho -respondió don Quijote-, que hay dos maneras de hermosura: una
del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento,
en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza,
y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la
mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu
y con ventajas. Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que
no soy disforme; y bástale a un hombre de bien no ser monstruo para ser bien
querido, como tenga los dotes del alma que te he dicho.
Don Quijote habla sobre la belleza interior y exterior
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