A la hora de ser padre es lógico pasar por una librería y coger media docena de libros sobre «como cuidar a tu bebe», «sé el padre perfecto» «qué hacer para que coman todo». Dos libros han dado mucho que hablar, Duérmete niño (Método Estivill), en el que el doctor deja claro que quien tiene el mando son los padres y hay que encauzar al bebé desde recién nacido, dejándolo llorar si es preciso.

Carlos Gónzalez ha publicado Bésame mucho. En su libro aboga porque los padres no han de imponer nada a los bebés, hay que dedicarles todo el tiempo del mundo y cogerlos en brazos tantas veces y tanto tiempo como sea menester. Esa es la pregunta del millón de dólares, qué hacer cuando después de un día de trabajo agotador, al filo de la medianoche el bebé rompe a llorar. Hemos de levantarnos y acunarlo hasta que caiga rendido o bien hemos de dejar que llore en la cuna hasta que se dé cuenta de que llorar no le sirve de nada y entonces cansado decide dejar de llorar y dormirse. Las más de las veces se opta por el método de Carlos González, a la mínima se le coge en brazos y luego se oye eso de «te ha cogido la sobaquera», «estos niños son unos pequeños dictadores» «te ha cogido el aire». Si no se sigue el metodo Estivill luego no se puede a los seis meses de estar cogiendo al bebé en brazos, pretender que se duerma solo. Al final no hace falta que un pediatra nos diga como dormir a nuestro bebé, debe prevalecer el sentido común. Ir conociendo al bebé y ver cual es la manera en la que éste coge el sueño, si conviene dormirlo en la cuna , en la cuna, o en el coche, si hay que moverlo o no, si le gusta que le acaricien la cabeza o le gusta agarrarte un dedo. Eso se va viendo sobre la marcha y cada día se aprende.