Chomsky es el intelectual más crítico con la política exterior americana. Basando su argumentación en el principio de justicia, Chomsky no se corta ni un pelo en ir haciendo recuento de todas las invasiones, asesinatos, tropelías y demás desmanes que ha ido cometiendo el Gobierno Americano durante estas últimas décadas.
Si en los años 60 fue Vietnam, guerra con la cual Chomsky se vio necesitado a posicionarse y convertirse ya en una activista, luego vendrían la imposición de gobiernos afines en Centroamérica, engendros como Guantánamo o las invasiones más recientes de países Afganistan e Irak.
El argumento es claro; lo que hacen los demás es terrorismo y lo que hacen los americanos es lucha contra el terrorismo.
Importa poco o nada lo que les suceda a los iraquíes o los afganos o a los ciudadanos que residen en los países invadidos. Nada importan los estragos de los bombardeos, las muertes civiles, despachadas como daños colaterales.
La reiteración hasta lo obsesivo de las caídas de las Torres Gemelas en las televisiones de esta aldea global, permitió a Bush meterse de lleno en la «war on terror«, esa lucha contra el terror, que ha costado varios miles de vidas de soldados americanos y la de otras tantos cientos de miles de ciudadanos iraquíes.
EEUU en su afán por mantener la hegemonía y supremacía política con una gestión por parte de sus gobiernos horrible, y buscando enemigos por todo el planeta, solo ha conseguido desangrarse económicamente, disparar su nivel de deuda hasta niveles alarmantes, pero eso sí, manteniendo los gastos en defensa inalterables. Es preferible, parece ser, tener un gobierno potente que proteja a un pueblo empobrecido que un ejército menos fuerte que permita defender a un pueblo que mantiene y disfruta de su bienestar.
Quien haya leído más cosas de Chomsky no encontrará muchas novedades en su discurso, si bien siempre es un placer leerle. Chomsky va a los datos, a lo que hay publicado y sobre eso hace sus teorías, para dejar en evidencia a los Gobiernos. Le va más lo microscópico que lo macroscópico, esto se explica bien en la introducción. Chomsky fiel a sí mismo no está casado con ningún partido político. Su objetivo de justicia le llevó a criticar en su día a Clinton, luego a Bush Jr, y ahora a Obama.
He de decir que viendo la portada del libro con la cara de Obama como un trasunto del Joker de Batman esperaba que el libro se centrara únicamente en la figura del actual presidente Americano. No sucede así. Entiendo que los de las editoriales, como cualquier otro negocio, busquen vender libros como sea. La portada es impactante, que de las 240 páginas del libro, las dedicadas a Obama sean tan solo 80, me ha defraudado un poco.
El libro contiene, transcritas, distintas preguntas que le han formulado a Chomsky en charlas y conferencias durante estos últimos diez años, por lo que ciertos contenidos no son precisamente actuales.
Finalmente decir que una figura como la de Chomsky es necesaria, más en los tiempos que corren. Dos años después del 11S, según las encuestas un 60% de los americanos estaban convencidos que quien había puesto las bombas había sido Saddam Hussein.
Prima la ignorancia en todos los niveles. Esto permite la manipulación y el empleo de la fuerza y de cualquier tecnología cuando el pueblo además de atontado está asustado.
Insertos en la llamada sociedad del conocimiento, el número de cosas que desconocemos aumenta exponencialmente.
Internet nos hace todavía más conscientes de nuestra ignorancia en casi todo. Esto sumado a la manipulación interesada de ciertos intelectuales que enfocan su pensamiento como una linterna, buscando solo aquello que le dé réditos, deja al ciudadano en una situación comprometida.
Intelectuales como Chomsky, Tony Judt, Bauman o Loretta Napoleoni son siempre necesarios.