A la hora de cenar si no sabemos que hacer, podemos preparar unos emparedados. La materia prima es importante. Yo los hago con pan de molde, jamón cocido, queso de barra, anchoas, tomate en lonchas finas, lechuga, huevo duro y mayonesa casera. Si en lugar de jamón cocido de calidad ponemos algo más corriente, paleta, tomates sosos y anchoas saladas el resultado será nefasto. El asunto que me ocupa es cómo hay que hacer una mayonesa casera. Es más fácil que mear, pero no siempre sale bien. En cuestión de tiempo hablamos de algo menos de un minuto. Ensuciaremos una batidora y un recipiente, pero por contra sabremos que es lo que estamos comiendo. Hay en el mercado mayonesas muy ricas, algunas de aceite oliva, otras de girasol pero como la casera ninguna.
En un recipiente, uno alto y estrecho ponemos un dedo de aceite, como cuatro o cinco centímetros. Yo pongo aceite de oliva, no extra virgen porque sino el sabor es demasiado acusado. Una vez puesto en el fondo el aceite, cascamos un huevo y lo vertemos encima, añadimos una pizca de sal. Sin remover nada, ponemos la batidora dentro del recipiente, hasta que toque el fondo y entonces la ponemos en marcha. La clave está en no mover la batidora en ningún sentido, ni de izquierda a derecha ni de arriba abajo. Añadimos al tiempo que batimos un poco de zumo de limón. Si somos pacientes, veremos como la mezcla va cogiendo espesor, será entonces cuando podremos mover la batidora en todas las direcciones. En un periquete, por arte de magia, el huevo con el aceite habrá generado mayonesa de buen grosor y mejor sabor. Pruebénlo. Vale la pena.
Receta de la mayonesa
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