No leí a Andrea Camilleri en vida todo lo que habría debido. A pesar de ello en los últimos años cayeron en mis manos y me solacé con lecturas como Gotas de Sicilia, El homenaje o La moneda de Akragas. El comisario Montalbano queda ya ahí para los restos por obra y verbigracia del longevo Camilleri. Descanse en paz, maestro.
Camilleri
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