Archivo de la categoría: 1962

La misma ciudad (Luisgé Martín 2013)

La misma ciudad Luisgé Martín
Luisgé Martín
Editorial Anagrama
2013
131 páginas

Porque sabemos hacer del escapismo un arte (Porque las cosas cambian, Enrique Bunbury)

Mi manera de comprometerme fue darme a la fuga (Viudita de Clicqout, Joaquín Sabina)

Paradoja del interventor (Gonzalo Hidalgo Bayal), El bolígrafo de gel verde (Eloy Moreno), Un estado del malestar (Joaquín Berges), Absolución (Luis Landero), son algunos libros que recuerde donde el protagonista quiere dar un giro a su vida, lo cual a menudo pasa por hacer las maletas.

En el libro de Luisgé Martín, que se lee en un visto o no visto (alrededor de 1800 parpadeos) el protagonista, Brandon Moy, trabaja en Nueva York, en Las Torres Gemelas (aunque ubicarla allí parece un chiste porque la novela es un ejercicio de deslocalización, pues en nada he percibido el aliento americano en la historia), la vida que lleva no le convence, su relación marital no tiene el fulgor ni el apasionamiento de los comienzos. Tampoco participar de la educación y crecimiento de su hijo es razón suficiente para seguir a su lado, así que cuando ve una de las Torres desplomarse (un suceso que narró con extrema verosimilitud Don Delillo en su libro El hombre del salto, que podría bien ser el mismo que vemos en la portada de libro de Luigsé) decide que a partir de ese momento él será uno de los miles de muertos en el atentado. Tras despojarse de cualquier seña de identidad, tiene lugar su alumbramiento. Moy pone entonces tierra de por medio. Puede ir a cualquier parte. Acaba en Bostón.
Sigue leyendo

Constatación brutal del presente (Javier Avilés 2011)

Constatación brutal del presente
Javier Avilés
2011
Libros del silencio
174 páginas

Constato brutalmente que Jon Bilbao no es vasco, nació en Ribadesella y Javier Avilés no es asturiano, nació en Barcelona.
Constato brutalmente, y para bien, que Avilés no es feo, el pueblo.

El narrador ya no puede narrar, está imposibilitado, además el lector es inexistente, la escritura también. Vamos bien.

Estos juegos le gustan mucho a Enrique Vila-Matas, por eso en sus libros, sus personajes, él, sueñan con desaparecer y esconderse dentro de una o, o bien hacen una apología del fracaso, de la derrota, de la renuncia, como si el escritor debiera ser algo parecido a un estilita. Por eso, una novela que nos hable del fin de la escritura, de la imposibilidad de narrar, de la imposibilidad del lector, a Vila-Matas le molaría, tanto como para recomendar a Avilés y su blog El lamento de Portnoy donde Avilés expone entre otras cosas sus teorías literarias.

Respecto a la novela: polvo cenizas cables tuberías vómitos sangre semen mierda carnecruda rabia hambre sed ansia dolor miedo angustia sueños poesía silencio cerdo Koala La Cúpula Sección 9 Kubrick Cervantes Goethe Ulises hoyhoyhoy acabar FINAL

Les interesa la narración y las emociones que ésta les provoca. Es el nacimiento de la literatura.

No es esto imbécil, no es esto.. ¿y qué es?.

Me declaro incompetente.
Desaparece el libro.
Desaparece el lector.

Esta petit reseña nunca existió.