Archivo de la categoría: Crítica

1914 El año que cambió la historia

1914 El año que cambió la historia (Antonio López Vega, 2014)

Antonio López Vega
2014
Editorial Taurus
243 páginas

Durante el presente año y al cumplirse el centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial las estanterías de las librerías se vieron abarrotadas de libros que abordaron este hecho histórico. Libros como el de Max Gallo, 1914, El Destino del Mundo, 1914: De la paz a la Guerra de Margaret MacMillan, 1914 El año de la catástrofe de Max Hastings o 14 de Jean Echenoz. Un libro que recomiendo sobre los pormenores de esta guerra es La canción del cielo (Seix Barral, 2009) de Sebastian Faulks

El historiador Antonio López Vega (Madrid, 1978) decide aportar también su grano de arena con su ensayo 1914: El año que cambió la historia. Si los libros arriba citados salvo el de Echenoz que es una novelita breve, son buenos mamotretos que explican la guerra al detalle, Antonio decide fijar su atención en ese año, 1914 (determinante no tanto por ser el año que da comienzo a la guerra, sino por todo aquello que estaba aconteciendo en todo el mundo ese año y los siguientes) y lo hace con un breve ensayo de poco más de 200 páginas, siguiendo la estela de su maestro Fusi que hizo algo igual de breve recientemente con su Historia mínima de España (Turner, 2012)

El libro está dividido en doce apartados, cada uno correspondiente a un mes del año, recurriendo el autor al comienzo de cada capítulo a algún hecho que sucedió un día de ese mes (estreno de la ópera de Stravinski el 26 de mayo, el asesinato el 31 de julio del lider socialista francés Jean Leon Jaurès, el fallecimiento el 19 de octubre del general argentino Julio Argentino Roca, etcétera), para luego llevarnos hacia las décadas siguientes, incluso hasta el presente año, pues se menciona por ahí el referéndum escocés, que todavía estaba pendiente de celebrarse cuando se publicó el libro, y cerrar cada capítulo con un titular sobre el siglo XX: el siglo de las mujeres, el siglo de los intelectuales, el primer gran siglo americano, el siglo del nacionalismo, el siglo de la lucha por una mayor justicia social, el siglo de la globalización económica, el fin de la era europea, el siglo de la guerra total o en definitiva, referido a 1914, el año que cambió la historia.

Habida cuenta de la reducida extensión del ensayo, poco más de 200 páginas y siendo tantas las figuras relevantes que aparecen (algo más de 500 según el índice onomástico), así como los abundantes acontecimientos que se narran, marcados todos ellos por su brevedad, su lectura puede atosigar e incluso apabullar a los no iniciados, a quienes un libro de estas características les puede resultar árido por sus hechuras enciclopédicas, donde el autor más que elaborar una teoría propia, coge aguja e hilo, y va cosiendo los ribetes de la historia, para crear un ensayo luminoso y vivaz que alberga cien años de historia, siendo 1914 la primera puntada, un año axial dice Antonio, pues en esos 365 días se condensó buena parte de lo que iba a ser el siglo XX, donde la ciencia y la investigación dotaron al ser humano en todos los órdenes, de posibilidades con las que tan sólo se habían atrevido a soñar algunos intrépidos novelistas -como Julio Verne o H.G. Wells (página 214)-.

Antonio Pérez Vega

Antonio Pérez Vega


Un ensayo que reconozco valioso, tanto por la lograda concisión y fluidez del texto, como por la labor divulgativa de Antonio, por haber sido capaz éste de aglutinar tanta historia de este corto siglo XX en palabras de Hobsbawm, acontecimientos como la reivindicación del sufragio femenino, la voz pública de los intelectuales, el auge de los nacionalismos, las distintas corrientes artísticas (surrealismo, impresionismo, dadaísmo..,), los progresos en la ciencia, en la técnica, en la física, en el psicoanálisis -con otras formas de entender la sexualidad- el auge y caída de los nacionalsocialistas y del los regímenes comunistas, los aviones empleados como armas bélicas, la guerra nuclear, la caída del Muro de Berlín, la construcción del Canal de Panamá, etcétera.

Una lectura que considero provechosa, enriquecedora y propiciatoria para otras lecturas que vendrán de la mano de esta, para conocer mejor el siglo XX en el que nacimos.

La maestra Annuzza

La maestra Annuzza (Elvira Mancuso 2014)

Elvira Mancuso
Periférica
2014
219 páginas

La editorial Periférica publica esta novela que la italiana Elvira Mancuso (Caltanissetta 1867-1958) escribió en 1906 y que fue rescatada del olvido gracias a Italo Calvino y Salvatore Silvano Nigro.
Esta historia hay que ubicarla a comienzos del siglo XX, en Sicilia, en un pueblo próximo a Caltanissetta, donde el papel de la mujer en la sociedad de esa época y en esas zonas rurales se reducía al de la reproducción y al ejercicio de tareas domésticas.

Es en este contexto la figura de Annuzza toma relieve como el de una mujer que navega contracorriente, que no quiere repetir los errores de su madre, que quiere prosperar y progresar y ve en el ejercicio de la profesión de maestra la posibilidad real y efectiva de cambiar su situación personal y familiar, ya que con el sueldo que percibiría como docente, no dependería más que de sí misma y podría así evitar que su madre perdiera su vida en tareas mal pagadas y sacrificadas.

El caso es que Annuzza no tiene padre, ni hermanos, y su situación económica es precaria y su madre gana solo lo suficiente para mal vivir, así que Annuzza se ve abocada contra su voluntad a dar el sí a un próximo enlace matrimonial con Pasquale un joven bonachón e ignorante, pretendido por todas las mozas del pueblo, a quien no le perdonarán que se decante por Annuzza, una don nadie, en lugar de por ellas, que la superan, o eso creen ellas, en todo.

Annuzza se imagina esposada y muerta en vida, sin poder cumplir su objetivo de ser maestra, así que fija las condiciones del enlace. De tal modo que se casarán cuando ella ya tenga su título de maestra. A Annuzza dejar su pueblo, mudarse a un internado a Caltanissetta y entrar en contacto con el mundo de la cultura, la transforma de abajo arriba. Se debate entonces la joven entre el cariño que siente por su anegada madre y su rechazo hacia ella por cuanto tiene ésta de ignorante y pueblerina, rehuyendo mirarse en ese espejo en el que puede acabar convirtiéndose si flaquea. Ese odio lo reparte también con su pretendiente Pasquale, a quien ningunea, pues tiene muy claro que no es el hombre de su vida, máxime cuando conoce a otros hombres, como el profesor Neretti por quien bebe los vientos, prendada de su porte aristocrático, sus finas maneras, su elegante vestir, su elegancia espontánea.

Como la vida va Annuzza la ha escrito un guionista que tiene muy mala uva, la pobre no ganará para disgustos, con varios frentes de batalla abiertos con todos los que la rodean: la directora del internado, sus profesores, sus compañeras, su madre, su amado, las voces del pueblo que la injurian en sordina, etcétera.

El final de la novela convertida en una ofrenda a la Diosa del desamor, no puede acabar de otra manera que como acaba: un final trágico, cortante, súbito.

La figura de Annuzza abrirá el camino a otras mujeres que decidirán situarse a sí mismas en el centro de sus existencias, sin atender a otro fin que buscar su felicidad y lugar en el mundo, sin tener que cumplir las expectativas que una sociedad rancia, misógina, y retrógrada tenía preparada para ellas desde su nacimiento, por razón de su sexo.

Un libro el de Elvira que analiza con precisión, dureza y detalle la complejidad del alma humana y sus contradicciones, anhelos y afanes, y el cual resulta muy necesario para comprender mejor los albores del siglo XX y el camino que afortunadamente hemos ido recorriendo en el viejo continente en pos de la pretendida igualdad (de derechos para ambos sexos) y donde todavía queda mucho camino por recorrer.

La utilidad de lo inútil

La utilidad de lo inútil (Nuccio Ordine 2013)

Nuccio Ordine
Acantilado Bolsillo
2013
173 páginas
Anexo. Ensayo de Abraham Flexner

Recién acabo de leer el ensayo La utilidad de lo inútil del Italiano Nuccio Ordine (Diamante, 1958) y mirando la contraportada del libro dedicada a loas, alabanzas y parabienes de otros escritores hacia este ensayo, uno en concreto, me ha llamado la atención: “Un bálsamo para tiempo de crisis. Una corriente de aire. Un respiro”.

Me gustaría saber cuántos parados de larga duración de nuestro país han leído este ensayo, y a cuántos esta lectura les ha resultado balsámica o por el contrario irritante
. Que Nuccio alabe todo aquello que es inútil, aquello que no rinde beneficios, aquellas actividades ajenas al ánimo de lucro, para todos aquellos que se pasan el día esperando la oportunidad de trabajar, aunque sea por una miseria, leer lo bello y necesario que es hacer cosas inútiles, a fin de ser libres, rompiendo así nuestras cadenas y servidumbres hacia este mercado capitalista que nos asfixia, envilece y alimenta, me parece un chiste malo. Es mejor ser libre y comer tres veces al día y dormir caliente en invierno que emplear tu libertad en morir de frío en el banco de un parque o debajo de un puente mientras escribes poesías exaltando lo bello que es vivir y morir (de frío/hambre/enfermedad/soledad).

Leo este ensayo y pienso en las necesidades de Maslow. Sólo aquel que tiene todas sus necesidades cubiertas puede pensar en la autorrealización personal. Así, creo, aquel que tiene su hipoteca pagada, su trabajo indefinido, sus padres e hijos sanos y fuertes, y el horizonte despejado, se abraza al arte, entonces sí, como un bálsamo, como ese algo refrescante que nos relaja, que nos eleva sobre nuestra monotonía, sobre nuestros días grises y clónicos, es entonces cuando el arte en cualquiera de sus disciplinas nos permite enriquecer nuestras existencias , que nos ayuda a hacernos mejores, toda vez que todas las demás necesidades básicas ya han sido satisfechas en mayor o menor medida.

Nuccio Ordine

Nuccio Ordine

Por tanto, siendo ese el punto de partida para este libro el ensayo de Nuccio, cuyo título es un buen cebo, resulta interesante, ameno, instructivo, donde Nuccio recopila párrafos de escritores (Montaigne, Leopari, García Lorca) y filósofos (Kant, Aristóteles, Séneca) que defienden la idea de que no vale la pena sacrificar una vida en pos del enriquecimiento, del atesoramiento de bienes, sino que más bien se trata de gozar la vida, de exprimirla, de consumirla (y consumarla) y ahí el arte, aunque a menudo no sea lucrativo (hoy todavía menos con la piratería y las descargas ilegales), juega un papel fundamental como surtidor de obras de recreo y esparcimiento.

Al igual que me pasó cuando leí el libro del exministro de cultura Gabilondo, Darse a la lectura, este libro no creo que persuada a aquellos obsesionados con seguir haciéndose más ricos de lo que ya son, para quienes leer y la cultura (salvo la del dinero) son una pérdida de tiempo y de dinero (que dejan de ganar si se ponen a leer este libro durante un par de horas) y a los que disfrutamos y mucho leyendo, yendo al cine, al teatro, con nuestros vinilos, asistiendo a una conferencia, a lecturas dialógicas, contemplando lubricanes, etc, este libro, no surte efecto alguno -de cara a acrecentar mi interés y pasión por lo inútil- al menos en mi caso, reconociendo no obstante el valor e[in]utilidad de este libro, como bloguero que soy, a quien este blog le aportará millones de alegrías, pero cero euros, pues eso, que uno hace todo esto por amor al arte.

Aquiles en el gineceo (Javier Gomá Lanzón 2007)

Aquiles en el Gineceo Javier Gomá Lanzón

Javier Gomá Lanzón
Taurus
2014
235 páginas
Aquiles en el Gineceo
Vol 2. Tetralogía de la ejemplaridad

No doy crédito a lo que me está sucediendo últimamente pues desde que tengo la Tetralogía de la ejemplaridad de Javier Gomá en mi mesilla de noche he pasado de leer novelas a leer ensayos filosóficos con una facilidad pasmosa. Mucho tiene que ver en todo esto que los textos de Javier Gomá son asequibles para los no expertos en filosofía como yo, entretenidos, amenos, jugosos y que su mensaje llega tras un pequeño esfuerzo, y que además en sus textos siempre aparecen escritores, en esta ocasión, con especial primacía Goethe y Rousseau, los dos grandes educadores europeos en los orígenes de la Modernidad, a mediados del Siglo XVIII, con dos obras capitales: Emilio y Wilhelm Meister.

A tal llega mi fervor hacia estas lecturas filosóficas de Javier que estoy todo el día embebido en ellas, habiendo pasado ya del estadio estético al estadio etílico sin pasar por el ético. Bromas a parte este ensayo, mejor, esta tetralogía resulta ejemplar.

¿De qué va este ensayo?. A grosso modo va de esto: Aquiles era hijo de una Diosa, medio inmortal, salvo por sus talones y su madre como temía por su vida después de lo que le había dicho un oráculo decide esconderlo en un gineceo. Allí pasa Aquiles su adolescencia travestido sin pegar un palo al agua, disfrutando de su inmortalidad, enamorándose de una joven con la que tendrá un retoño, hasta que un día aparece por allá Ulises, que va tras su pista, haciéndose pasar por mercader, dueño de joyas, alhajas y demás baratijas de relumbrón. Entonces hace sonar una trompeta que llama a filas a los Griegos para ir a la guera de Troya y rescatar a Helena. Y Aquiles se desprende entonces de sus ropas, desata su ardor bélico y decide ir a Troya a luchar, a sabiendas, pues se lo ha dicho un oráculo, de que si va los griegos ganarán la guerra, pero él, Aquiles morirá, como un héroe.

¿Por qué Aquiles decide dejar de ser inmortal y convertirse un mortal laureado?. A eso se dedica Gomá durante 235 páginas rizomáticas.

Si la lectura de un libro se asemeja las más de las veces a un plano secuencia o a una sucesión de flash-backs y flash-forwards, este ensayo es más algo parecido a pintar un cuadro. Gomá hace el esbozo, plantea la pregunta que he citado más arriba, y a partir de ahí, va dando capas de significación, acercándose una y otra vez a la cuestión, a la almendra filosófica: ¿por qué querría un ser inmortal ser mortal?. Aquiles elige ser mortal porque la mortalidad es el precio que debía pagar para llegar a ser verdaderamente individual y merecer el título del mejor de los hombres.

Para ello Gomá emplea la Teoría de los estadios que todo ser humano debe experimentar de forma secuencial. Un estadio estético-subjetivo, donde nos creemos divinidades, únicos, irrepetibles, donde prima la subjetividad y donde en definitiva sólo miramos por nosotros mismos sin ir más allá de nuestro ombligo y luego el estadio ético-objetivo, donde levantamos la vista y nos enamoramos, nos comprometemos, nos especializamos en el amor, fundando un hogar y en el trabajo, mediante la especialización laboral, con la división del trabajo. Ese paso, ese fundirnos en la masa, nos individualiza, y nos aliena, nos obliga a desprendernos de nuestro yo en pos de un colectivismo social, donde pasamos de ser universos individuales, a partes insignificantes de un todo. Este cambio de estadio nos pone de cara frente a nuestra finitud, frente a la muerte que nos igualará a todos, una muerte (nuestro único destino individual) que debe alentar en nosotros la emoción de ser mortales, de vivir cada cual su experiencia de la vida, para lo cual es preciso dar el salto, cambiar de lo estético a lo ético, asumiendo el sacrificio de llevar una vida normal, formando parte de la polis, pero no asentados en un nihilismo lúdico y deportivo, donde el gineceo sea reemplazado por el gimnasio, sino a través de la virtud y de su ejercicio a través de la ejemplaridad.

Resulta paradójico que esos dos padres de la educación, Goethe y Rousseau, siendo ambos geniales escritores y habiendo elaborado fabulosos tratados morales, luego en sus vidas personales, en el ejercicio práctico, en su dominios éticos fueron dos fracasados, para quienes su potente subjetividad nunca llegó a entrar en el reino finito de la polis. Rousseau convivió con Thérèse Levasseur una mujer corta de luces con la cual no se dejaba ver en público y los cinco hijos que alumbraron los dieron a un orfanato. Goethe por su parte vio como todos sus hijos se morían y sólo único llegó a cumplir 40 años mientras la relación con Lili Schönemann su verdadero amor nunca llegó a cuajar por la falta de compromiso de Goethe que quería dilatar hasta el infinito su estado estético y su vida acomodada.

A fin de cuentas, todos, dice Gomá hacemos ese trayecto que va del gineceo a Troya, aprendiendo a ser mortales para ser individuales. Y dicha mortalidad e individualidad son prerrógativas que la polis sólo otorga al ciudadano virtuoso, que imita al heróe griego, paradigma de la ejemplaridad humana.

Sin más demora, me despido ya, comenzando la lectura de Necesario pero imposible, cuarto y último título de la tetralogía de la ejemplaridad.

Javier Gomá Lanzón | Ingenuidad aprendida | Razón portería | Ejemplaridad pública (Tetralogía de la ejemplaridad vol. 3)