Archivo de la categoría: Devaneos librescos

Miedines

Uno lee tantas cosas sobre Juan Benet, sobre la inaccesibilidad de su prosa, que si sus novelas son paredes verticales, que si patatín que si patatán.

Para disipar las dudas, los miedines y los temores hay que ir siempre a la zona cero del misterio, que aquí pasa por Volver a Región, al kilómetro cero de la narrativa benetiana.

Quizás sea porque después de haber leído obras como el Ulises de Joyce, La constatación brutal del presente de Avilés, Monsieur Teste de Valéry, Magistral de Giráldez o La broma infinita de DFW, estoy ya currado de espanto, de tal manera que más que pared vertical lo que llevo leído me parece una pista de patinaje, muy bien pulida, por cierto, en la que da gusto desplazarse (topográficamente), aunque sea en círculos, o besando la pista más tiempo que practicando la vertical, pero sobre todo gozando, mucho, con momentos librescos como el presente:

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Lo digital

El mundo digital ofrece un sinfín de posibilidades. La prensa escrita se ve superada por los medios digitales en los cuales, por ejemplo en el caso de una reseña, se puede ver ésta enriquecida con enlaces en el texto, que lo hacen radial. Es curioso comprobar por ejemplo cómo es esta reseña de Luis Fernando Moreno Claros en papel, publicada en Babelia (donde el texto muere sobre el papel), la manera en la que podemos leerla en su formato digital, donde los enlaces en el texto hacen mención a textos del propio periódico y los enlaces a los libros reseñados nos dirigen a la web de la editorial que los vende y cómo aparece la reseña en el blog personal del autor del artículo, donde el texto ofrece enlaces a Amazon, donde se puede comprar el libro y no hace mención por ejemplo a reseñas de otros escritores sobre el mismo libro, sí lo hace a algunas suyas, ni nos encamina al portal de alguna biblioteca pública; en este caso el enriquecimiento sería crematístico, pues iría encaminado a la venta, que bien sabemos es el armazón de la industria del libro.

Semana Santa

Nos adentramos en un periodo festivo y nada mejor en esta semana de pasión, lectora, que darse a la lectura con todas las consecuencias. No para leer un “libro para desconectar” o de los de “no pensar” y que nos hermanan con un macetero, sino para entregarse a un libro de esos que te exprimen el cerebro como un limón y convierten la literatura en alimento para el cuerpo y para la mente. La hostia, vamos.

Mi selección ha sido esta:
La saga/fuga de J.B.
Las referencias no pueden ser mejores. Razón aquí.