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Anonimato

Compré el otro día el último libro de Thomas Pynchon, Contraluz. Un mamotreto de mil trescientas cuarenta páginas. En la solapa viene su nombre, pero ninguna foto, en su lugar un recuadro en blanco con una aspa. Me resultó curioso. En los tiempos que corren la mayor parte de la gente no sabe que hacer para salir en televisión, para tener un minuto de fama, sea contando algo interesante o una absoluta nadería. El caso es aparecer.
Hay además ciertas profesiones que son queridas por los medios audiovisuales. De ahí que conozcamos las obras y también reconozcamos los rostros de muchos escritores, algo que no ocurre con fontaneros, dentistas, científicos, biólogos, catedráticos de derecho constitucional, ingenieros navales, arquitectos, diseñadores web, etc.
Buscando algo sobre Pynchon descubrí que no es que en sus libros no encontremos ninguna foto suya, sino que la última que hay en internet, y aquí hay de todo, son fotos de cuando hizo el servicio militar y tenía unos 19 tacos. Después de eso nada de nada. Hasta contrató a un cómico para recoger un premio literario en su nombre. Este hombre me gusta.
Lo poco que sabemos es que Pynchon nació en 1937, así que resulta gracioso ir a esta editorial, la que publica los libros de Pynchon, descubrir que tiene 73 años y que la foto que ponen en internet es esa que aparece. Supongo que Pynchon será de los que piensan que «por mis obras me conoceréis«. Esto es por su libros, no por sus apariciones públicas. Un bálsamo en estos tiempos que corren, donde todo Cristo, no ve momento de colgar su fotos, y las que no son suyas en cualquier red social, sin importarles un bledo si esto supone violar la intimidad de sus «seres queridos» o es que las ganas de fastidiar son infinitas.

Rebajas

Rebajas

Todos sabemos que en estas fechas en España estamos de rebajas. A veces es buen momento para comprar algo que precisas a un buen precio. Yo conocía las segundas e incluso terceras rebajas. Hoy he conocido las quintas rebajas. Para muestra un botón. El pantalón que he comprado comenzó costando 36 euros para al final costarme 10 euros, alrededor de un 70% menos.
Si a pesar del precio, no pierden dinero, en condiciones normales, cuando no son ofertas, el precio de venta es un 400% su precio real. Ahí es nada.

El marketing del cine

Internet lo ha revolucionado todo. Antes cuando se estrenaba una película, en el poster de la misma, en los periódicos, venía alguna crítica favorables de críticos de revistas cinéfilas como Fotogramas, Cinemanía o de periodistas que escribían sobre cien en Periódicos de tirón. Ahora esto ha cambiado. De un tiempo a esta parte, algunas películas incluyen beneplacitos cosechados en blogs de internet, ya sea en Labutaca, Blogdecine, etc, Tienen donde elegir. Lo último, que me ha impresionado y por esto lo comento es que en un periódico gratuito, al promocionar la distribuidora la última película que ha estrenado Russell Crowe, la cual en revistas como Cahiers du cinema la ponen a bajar de un burro, recurren a comentarios que la gente deja en las blogs de cine (y ahí vale todo desde «es una pasada» «mola mogollón» «lo he flipado en colores» «me lo he pasado pipa» «todavía me rechinan los dientes». De esta manera, cualquier película por mala que sea, siempre tendrá a algún espectador a quien le haya parecido estupenda. Es de chiste, pero real. Si la industria del cine, debido al pirateo está bajo mínimos, el de la crítica cinematográfica, vistas las nuevas tendencias, acabará desapareciendo.