Archivo de la categoría: Editorial Periférica

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El incendio de la mina El Bordo (Yuri Herrera)

Yuri Herrera es uno de mis autores favoritos. He leído y comentado sus novelas: Trabajos del reino, Señales que precederán al fin del mundo y La transmigración de los cuerpos, su libro de relatos Diez planetas y ahora su tratamiento de la no ficción en El incendio de la mina El Bordo, hecho que sucedió el 10 de marzo de 1920 y en el que murieron al menos 87 mineros, en el distrito minero Pachuca-Real del Monte, formado por diez niveles.

Casi un siglo después Yuri reabre un caso cerrado con muchos interrogantes. Cuando se produjo el incendio, salieron a la superficie unos cuantos mineros y se cerraron las bocas de los tiros para seis días reabrir las bocas, y encontrar que allá dentro había siete mineros vivos, que por tanto habían sido sepultados vivos. No se sabe cuántos más pudieron morir con la decisión de cerrar las bocas de los tiros. Cuando ante el juez que instruye el caso el perito da su versión de los hechos exime de cualquier responsabilidad a la compañía minera y lo que pasó fue un accidente provocado en todo caso por alguno de los mineros. El juez asume esa versión sin abundar más en el asunto, echando prontamente tierra sobre el asunto: una especie de doble muerte o asesinato. La compañía indemniza a las familias que pueden acreditar el parentesco con los mineros que han muerto y luego “con el fin de que no fuera a desarrollarse alguna epidemia por el paso de tanto cadáver por la ciudad de Pachuca” deciden enterrarlos a todos juntos en un lote propiedad de la Compañía, que actúa casi con total impunidad, ante lo cual las familias no pueden decir ni mu, tratando a los muertos como si fuesen de propiedad de la Compañía, de tal manera que las familias no pudieron enterrar los cuerpos donde hubieran querido. De igual manera que una lápida en piedra con los nombres de los muertos sirve para honrar su memoria, quizás este texto albergue el mismo anhelo, poner de relieve a los muertos aquel día, para que el mundo, aunque sea un siglo después sepa de su existencia y trágico final.

El perito García agrupó los nombres de los cuerpos identificados de acuerdo a la posición y sueldo que ganaba cada uno: “Antonio López de Nava, sotaminero, $6.00; Valentín Magos, Pedro Estrada, TeodoroLandero y Carmen Gutiérres, encargados de contrato, $3.50; Marciano Trejo y Juan Sosa, coleadores, $3.00; Cruz Vega, Jesús Acosta, Francisco Lara, Vicente Guillén, José Patricio y Eulalio Valerio, perforistas, $2.40; Juan Barrios, bombero, $2.50; Luis Garfias, calecero, $2.00; Francisco Magos, ayudante de perforista,$1.80; Domingo Hernández, Erasto Chávez, Aristeo Reyes, Francisco Ortiz, Marcos López, Francisco Cortés, Esteban Martínez, Donaciano López, José Trejo, Toribio Ruiz, Guadalupe Pérez, Vicente Peña, José Valdovinos, Hilario Cruz, Jesús Pagola, Amado Pagola, Luis González, Zenobio López, Genaro Nava, Agustín González, Fidencio Ortega, José Terrez (a éste en otro lugar se le identifica como Torres), Miguel Álvarez, Ángel Montaño, Benjamín Morales, Amador Torres, Simón Arrasola, José Jiménez, Félix Delgado, Juan Fernández, Jesús Martínez, Bartolo Corona, Leobardo González, José Montiel, Fidel Guerrero, Melquíades Ortiz, Bartolo Lozano, Isaac Villanueva, Pedro García, Juan Bolaños, Aurelio Juárez, José Mendiola, Margarito Torres, Cleofás Molinero, Cesáreo Bolaños, Bonifacio Romero, Toribio Velásquez, Francisco Velásquez, Guadalupe Lozada, Anastasio Luna, Antonio Molinero, Bartolo Corona, Tomás García,Gilberto Banda y Miguel Martínez, peones, $1.80”.

Editorial Periférica. 120 páginas.2018.

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Enfermos antiguos (Vicente Valero)

Acudo puntualmente a mi cita con Vicente Valero después de haberlo descubierto con la lectura en 2015 de El arte de la fuga. Luego vendrían la estupenda novela Los extraños, Experiencia y pobreza, Walter Benjamin en Ibiza, Las transiciones y Duelo de alfiles.

De una manera inopinada pero muy en comunión con los tiempos que corren he ido leyendo novelas que tienen la enfermedad como almendra literaria. No entres dócilmente en esa noche quieta, Tierra de luz blanda y ahora Enfermos antiguos.

Como sucedía en Las transiciones, Valero echa la vista atrás y regresa a sus años de la infancia, cuando éste tenía unos diez años. Corre el año 1973. Hay dos enfermos que se llevan la palma, por su notoriedad: Franco y Pablo VI. Uno moriría el 20 de noviembre de 1975, el otro el 6 de agosto de 1978.

Valero recuerda acompañar a su madre en la visita de los enfermos. Muchos de ellos conocidos de su abuela que al morir joven, con poco más de sesenta años, deja a su hija esa herencia de auxilio y acompañamiento al prójimo y así Valero se verá acompañado de su madre (muy dada a los festejos y a las alegrías populares que deparaban los toros, el fútbol…) visitando a familiares y conocidos, enfermos todos. Aquello no deja de ser para el joven una escuela de vida.

Presente en la narración está la escuela, la relevante presencia de un joven profesor con aires de hippy que resultará ser de alto rango nobiliario. Algo que le permitirá a Valero entender la pleitesía que todos le tributan a pesar de su juventud y apariencia. Reina también la amistad, con Guillermo, hijo de unos exiliados que regresan a Ibiza después de unas cuantas décadas fuera, con los nuevos vientos que soplan, porque el abuelo de Guillermo quiere morir –y lo consigue- en casa.

Guillermo viene como se va, después de haber dejado una profunda impresión en Vicente, tanto como la presencia de sus hermanas, a una de las cuales verá desnuda, disfrutando por vez primera el infante de la flamígera y subyugante belleza femenina.

Los nuevos tiempos que trae la caída de la dictadura y los albores de la democracia se rumian por los insulares con cautela. Lo que parece evidente era que el progreso asomaba ya por todas las partes y en la isla en la que vivía Valero, Ibiza, el turismo será el presunto nuevo maná, fuente de riqueza y empleo (los jóvenes querían ocupaciones menos esclavas que el campo, o que un bufete de abogados) que podría generar resquemor, pero también mucha esperanza, haciendo la sociedad más abierta, menos endogámica.

El tránsito, no hacia la vida eterna, pero sí hacia una –presunta- vida mejor, es la que cifra muy bien Valero en este sucinto texto de fluida prosa, que uno desearía fuera más extenso, pues da la impresión de ser este texto esa clase de novelas que se publicaban siglos atrás por entregas. Así la novela parece un episodio vital necesitado de una continuación que deseo llegue en el corto plazo.

Periférica. 2020. 142 páginas

Vicente Valero en Devaneos

El arte de la fuga
Los extraños
Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza
Las transiciones
Duelo de alfiles

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Diez planetas (Yuri Herrera)

Hasta el momento he disfrutado mucho con las tres novelas que he leído de Yuri Herrera: Trabajos del reino, Señales que precederán al fin del mundo y La transmigración de los cuerpos. Yuri no publicaba ficción desde el 2013, y vuelve a la carga con este libro de relatos titulado Diez planetas.

Son 21 relatos cortos de corte fantástico que cifran bien la inventiva del autor mexicano, en los que los terrícolas parecen ser ya solo una mota de polvo en el cosmos. Y la voz la toma por ejemplo una bacteria. Hay planetas de músculo vivo, dragones acechando convertidos en creadores dionisiacos, en cuyos ojos cabe el parpadeo de distintos mundos; monstruos haciendo arte, seres galácticos pergeñando el Quijote, casas tomadas convertidas en seres vivos, una terminología extraída del magín de Yuri. Composiciones desconcertantes, juguetonas, ingrávidas, a ratos hipnóticas, narraciones ora tediosas (que facultan el encogimiento de hombros) ora subyugantes (clamando !bendito sea el galáctico Yuri!), al margen del quicio de la razón, dejando tras de sí el fulgor nimbado de la gramática de la creación literaria, al amparo de un universo abrigador.

Estantería libros

Lecturas y editoriales

He puesto los enlaces a las editoriales que han publicado los libros que he leído estos últimos años. Una lista que no deja de crecer y que ya supera la centena de editoriales.

Acantilado
Adriana Hidalgo
Alba
Alfabia
Alfaguara
Alianza
Altamarea ediciones
Alrevés
Anagrama
Ápeiron
Ardicia
Árdora
Ariel
Atalanta
Austral
Automática
Avant editorial
Baile del Sol
Bala perdida
Balduque
Barataria
Barrett
Base
Belvedere
Berenice
Blackie Books
Boria
Bruguera
Caballo de Troya
Cabaret Voltaire
Candaya
Carmot Press
Carpe Noctem
Cátedra
Círculo de lectores
Comba
Cuatro Ediciones
Debolsillo
Demipage
De Conatus
e.d.a
Ediciones Casiopea
Destino
Ediciones del Viento
Ediciones La Palma
Ediciones La piedra lunar
Edhasa
El Desvelo
Eneida
Errata Naturae
Espuela de Plata
Eterna Cadencia
Eutelequia
Fragmenta>
Fórcola
Franz Ediciones
Fulgencio Pimentel
Gadir
Galaxia Gutenberg
Gallo Nero
Gatopardo
Gredos
Grijalbo
Hermida
Hoja de Lata
Hueders
Huerga & Fierro
Hurtado & Ortega
Impedimenta
Jekyll & Jill
Kalandraka
KRK
La Discreta
La línea del horizonte
La Navaja Suiza
La uña rota
Las afueras
Lengua de trapo
Libros de Ítaca
Libros del Asteroide
Los Aciertos
Los libros del lince
Lumen
Lupercalia
Malas Tierras
Malpaso
Mármara ediciones
Minúscula
Muchnik
Nórdica
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Pálido fuego
Papeles mínimos
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Pasos perdidos
Pengüin
Península
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