Archivo de la categoría: Editorial Sexto Piso

Aplicarse al cuento

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Todos los cuentos (Evelio Rosero)

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En nuestro tiempo (Ernest Hemingway)

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Narrativa Reunida (Felisberto Hernández)

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Los que duermen (Juan Gómez Bárcena)

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Cuentos salvajes (Ednodio Quintero)

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Fábrica de prodigios (Pablo Andrés Escapa)

Próximas lecturas.

www.devaneos.com

Amy Foster (Joseph Conrad)

Me gusta Joseph Conrad cada vez más, porque sin ponerse tan tremendista como Dostoievski creo que afronta muy bien esos temas que a todos nos angustian.

El náufrago que protagoniza esta breve novela (menos de cuarenta páginas en la edición de Sexto Piso, que recoge toda la narrativa breve de Conrad) bien pudiera dar el relevo a El copartícipe secreto, pues aquella acababa con el polizón saltando por la borda, labrándose (o nadándose) su propio destino. Un destino que en la novela que nos ocupa al náufrago le acarrea un buen número de sinsabores, desde desconocerlo todo sobre el mar y su singladura, hasta acabar pinado en un sitio que desconoce, con una lengua que no habla y ante unas gentes cuya imagen de pordiosero (más que la de náufrago vomitado por el mar) fomentan el lanzamiento de piedras hacia su figura, que las imanta.

Muy interesante me parece cómo despliega Conrad la figura del otro, del extranjero (y la acogida o rechazo que recibe del lugareño) y la manera que tenemos de relacionarnos con nuestros miedos, lo desconocido, lo extraño.

Hablaba el otro día una directora de cine de que en el género de terror había pocas mujeres directoras y que lo que asustaba a los hombres no era lo mismo que a las mujeres. Obvio. Ellas no lo llevarían tanto al terreno de los fantasmas, lo sobrenatural y todo eso, sino algo como qué le ronda por la cabeza a una mujer que a las tres de la madrugada va hacia su casa y empieza a oír pasos y cree que alguien la persigue. O el miedo que atenaza a una madre cuando siente que va a perder a su hijo, como en el cortometraje Madre. Ese miedo, incluso ese pavor, es algo que he experimentado poniéndome en la piel de Amy Foster. Sin saber muy bien cómo, ese extraño, que por otra parte es su marido, se convierte en algo terrorífico, que la asusta de tal manera que se ve obligada a huir. Donde antes (de una manera natural) hubo auxilio y piedad ahora hay (quizás también de una manera tan natural como el querer protegerse ella y a su hijo) abandono e impiedad y soledad y desesperación (la de él). Vamos, el horror.

Joseph Conrad en Devaneos

El copartícipe secreto
El corazón de las tinieblas
El primer lector de Conrad (Enrique Vila-Matas)
Lord Jim
Un padre extranjero (Eduardo Berti)

Lecturas periféricas ¿Por qué Conrad? (Roberto Breña)

Lecturas 2018

Esta es la relación de los libros que he leído y reseñado en 2018. Una acertada selección de las lecturas me ha permitido sustraerme -y a su vez desafiar los preceptos délficos: ya saben, aquello de «Nada en exceso«- a uno de los grandes riesgos que corremos los lectores compulsivos: el empachamiento.

Feliz año y felices lecturas.

Ecce homo (Friedrich Nietzsche)
Un verano con Montaigne (Antoine Compagnon)
Algo va mal (Tony Judt)
Nuevas lecturas compulsivas (Félix de Azúa)
El silencio de los libros (George Steiner)
De una palabra a otra: Los pasos contados (Octavio Paz)
Fragmentos (George Steiner)
Nostalgia del absoluto (George Steiner)
Autobiografía sin vida (Félix de Azúa)
Hyperion (Friederich Hölderlin)
Parad la guerra o me pego un tiro (Jacques Vaché)
Los Muchos (Tomás Arranz)
Breve historia del circo (Pablo Cerezal) Sigue leyendo

Kanada

Kanada (Juan Gómez Bárcena)

Pienso en los versos de Pessoa aquellos que dicen «floto en el mar muerto de mi propio ser«.

Sobrevivir a qué, para qué.

Dejar un campo de concentración y enclaustrarse en un inmueble. ¿Víctima inocente?

La historia titubea y se resiste a ser narrada. Las palabras se desgranan por goteo: gulash, samovar, guerra, campo, Kanada, pirámides, hornos, Kapo.

Luego nos ubicamos. Nos horripilamos.

La naturaleza humana es una tolva capaz de moler a la humanidad entera. El remordimiento una piel cancerosa. La memoria un cilicio. El tiempo, un principio y un final que se confunden y renuevan todo el tiempo. Nadie aprende nunca nada. De nuestros horrores, tampoco.

La narración de Bárcena, en segunda persona es delirante, febril, fragmentaria, desarmante y de una belleza atroz e inhumana.

Sexto Piso. 2017. 194 páginas.