El siglo XX además de un buen número de guerras civiles y dos mundiales, fue también el siglo de los totalitarismos, con Hilter y Stalin a la cabeza.
Toni Montesinos (Barcelona, 1972), publicó el año pasado en Fórcola, No habrá muerte. Letras del Gulag y el Nazismo. De Borís Pasternak a Imre Kerstész, ensayo amenísimo, no muy extenso, poco más de doscientas páginas, pero bien cundidas, en las que como su título indica irá recogiendo cómo ambos totalitarismos, los de Hilter y Stalin afectaron al mundo de la cultura, de las letras, enviando a los gulag, a los campos de concentración, al exilio, al ostracismo literario, a la muerte, a figuras como Primo Levi, Solzhenitsyn, Tsvietáieva, Bábel, Pasternak, Kertész, Danilo Kîs, etc.
En la abundante bibliografía que maneja Toni Montesinos, me llama la atención que buena parte de ella la integren novelas recientemente publicadas, que Montesinos conoce bien al ejercer su labor como crítico literario, novelas como Una saga moscovita de Vasili Aksiónov (2015), El ruido del tiempo de Julián Barnes (2016), La venganza de los siervos. Rusia 1917 de Julián casanova (2017), La facultad de las cosas inútiles, de Yuri dombrovski (2015), Las redes del terror. Las policías secretas comunistas y su legado, de José M. faraldo (2018), Los que susurran. La represión en la Rusia de stalin, de Orlando figes (2017), Insumisos de Todorov (2016), Anastasia, Memorias. Mi vida con Marina 1816 – 1991 (2018), Setenta días en Rusia. Lo que yo vi de Ángel pestaña (2018), El espejo blanco. Viajeros españoles en la URSS de Andreu Navarra (2016), El volga nace en Europa de Curzio Malaparte, (2015), Diario del gueto y otros escritos de Janusz Korczak (2018), Julio Jurenito de Ilyá Ehrenburg (2013), Desviación de Luche D’Eramo (2018), etcétera.
Montesinos imbuido en la vena literaria recurre a su vez a aquello que dicen los traductores de las obras citadas o bien a lo que se dice en los prólogos, encontrando ahí apuntes y reflexiones sintéticas valiosas e interesantes, interés que se mantiene en la lectura de estos ensayos cuando Montesinos aborda la historia de este siglo XX recurriendo a historias menos conocidas, como la violación de Nanking, genocidio japonés perpetrado en territorio chino; la figura del doble agente español Pujol, clave en el desembarco de Normandía; la red de túneles excavados en Berlín con la que los ciudadanos buscaban la manera de sortear las restricciones del muro; Lisboa, convertida en la ciudad puerta de la libertad durante la segunda guerra mundial; o yendo a terrenos literarios la poca garra, según Montesinos, que tienen las novelas de I. B. Singer, en relación con sus estupendos cuentos; o la figura de Szymborska a quién todos creo que deberíamos de vindicar más. «Tengo en gran aprecio dos pequeñas palabras: ‘No sé’. Son pequeñas, pero tienen alas».
El libro se cierra con el apartado Breve cronología literario-suicida, el mismo que aparecía en otro libro del autor, El gran impaciente. Suicidio literario y filosófico (Ápeiron ediciones, 2019), pero adaptado para la ocasión a los años comprendidos entre 1933 y 1997 y centrados en los escritores víctimas de la gulag y el nazismo.
Antes de hablar con tanta ligereza y abaratar continuamente el lenguaje, antes de emplear con tanta alegría términos como fascista, nazi, estado represor, etcétera, convendría darse un paseo (o bien directamente perderse) por libros como el presente.
Fórcola ediciones. 2018. 248 páginas.
Toni Montesinos en Devaneos
El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau
El gran impaciente. Suicidio literario y filosófico.