Siempre que se menciona Logroño, se habla de La senda de los elefantes, de la Calle Laurel. La Travesía San Juan no tiene tanta fama como la anterior pero ofrece unas tapas que no desmerecen para nada a las ofrecidas en la Laurel. De hecho tras haber venido de San Sebastián afirmo, sin haberme empipado con vino de la tierra, que las tapas de la Travesía San Juan no tienen nada que envidiar a los pintxos que comí en San Sebastián.
