No descubro nada si digo que Sabina es hoy por hoy el mejor letrista que hay en España. Si a alguien se le ocurre algún otro que lo diga. Serrat, Aute, le van en liza, pero Sabina tiene algo que lo hace diferente. Por eso sus letras llegan a todo el público desde adolescentes con las hormonas alteradas, hasta camioneros en ruta, camareros de bares de alterne, jubilados melancólicos, amas de casa revolucionarios, equilibristas del tedio, futbolistas en paro, erasmus extranjeros aprendiendo el castellano….
Si habría que escoger una canción de Sabina, solo una, la decisión sería imposible de tomar porque Sabina tiene muchas docenas de buenas canciones, y en casi todas sus canciones hay algún verso que salva la canción, cuando no toda la canción es un perfecto poema. Un poema que sale del CD original o pirata (ya saben, lo de Carretera y Top Manta) y que coreado en un concierto, forma ya parte del pueblo, que corea sus canciones como himnos (nos dieron las diez, princesa, una de romanos, calle melancolía y otras muchas), al ritmo que el trovador les marca.
A mí hay una que cuando la oigo me deja planchado. Se titula A la orilla de la chimenea.
!Qué la disfruten!.
A la orilla de la chimenea
Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres tambien
puedo ser tu estacion y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino…
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea. Sigue leyendo →