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Las Médulas, El Bierzo, León, España, Paisaje Cultural

Vista General Las MédulasLas Médulas está considerada como un Paisaje Cultural y es Patrimonio de la Humanidad desde 1997, a pesar de ser un paisaje natural modificado por la mano del hombre.

Ya lo decían Asterix y Obelix, con aquello de “estos romanos están majaretas” y es que el espectacular paisaje de Las Médulas es producto de los menesterosos trabajos de los romanos (es un decir, porque no eran ellos los que trabajaban) para extraer oro de esas tierras.

El terreno arcilloso de Las Médulas contiene parte de oro, al parecer de bastante pureza. Hoy en día no es cantidad suficiente para resultar rentable su extracción, pero en la época de los romanos (y los astures, que habían explotado la zona antes con otras técnicas más al uso) sí lo era, y estos montaron una enorme mina a cielo abierto donde separaban el oro del resto de materiales de la zona.

Como decían en la película de La Vida de Brian: “Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?”. Lo cierto es que dominaban muchos campos y la anexión de territorios a su enorme Imperio se realizaba de forma óptima (para ellos, principalmente, pero la mayor parte de veces también para los invadidos, mirar sino todo lo que dejaron por Hispania de construcciones, arquitectura, instrumentos,…).

Castaño que parece un leónEn la zona de Las Médulas, los habitantes no tenían el título de ciudadanos romanos, sino que eran súbditos, obligados a trabajar para el Imperio. En la faceta de la alimentación los romanos también tenían amplios conocimientos y una de las cosas que hicieron al llegar fue plantar por aquellas regiones multitud de castaños, pues su fruto, la castaña, era un completo alimento para mantener a los trabajadores con energía. Es un árbol que no había por la zona, pero desde entonces es muy abundante en toda la región. Es curioso uno que está en la ruta principal y es un castaño con forma de cara de león dormido.

En temas de ingeniería también es conocida la experta labor de los romanos. En Las Médulas tuvieron que aplicar todo su ingenio para traer agua a la zona, incluso desde regiones al sur de León, donde por ejemplo en la zona de La Cabrera todavía se pueden ver varios canales que recorrían bastantes kilómetros hasta llegar hasta allí. Ya sabemos que los acueductos y el transporte de agua no tenían secretos para ellos.

Muy ocurrente es también el método que tenían para extraer el oro, todo un prodigio también de ingenio e ingeniería para la época, recordemos que estamos situándonos entre los siglos I y III de nuestra era. La técnica era conocida como ruina montium y tenía varias fases. En primer lugar, todos estos trabajadores pseudoesclavos realizaban profundos pozos verticales con nervios horizontales en el interior de los montes, todos ellos ciegos, es decir, sin salida. Por otro lado, con las ingentes cantidades de agua de traían mediante las extensas canalizaciones, creaban unos grandes depósitos encima de estos pozos. Una vez preparadas ambas estructuras lo que hacían era dejar caer violentamente toda el agua dentro de los pozos, con lo que conseguían que el aire atrapado dentro de ellos, con la fuerza del agua que caía, aumentara de presión, reventando la estructura entera y viniéndose así abajo todo el monte que querían explotar. Algunas de esas amplias grutas son todavía visitables, fruto de intentos fallidos de reventar el monte.

Después de esto, mediante otra serie de canalizaciones, todos los restos de la montaña derruida eran filtrados con técnicas especiales para separar el oro del resto de materias, consiguiendo así unos centenares de toneladas de oro en el tiempo en que estuvo la mina activa, 2 siglos y medio, y por otro lado modificar un paisaje natural que en la actualidad presenta un aspecto muy pintoresco, con diversos picos rojizos, propios del terreno arcilloso y de las ruinas de la devastación del terreno, en la que vive una flora y fauna abundante.

Explicaciones de cómo funcionaba esta mina, la mayor del mundo en su época, podemos encontrar en la obra de Plinio El Viejo, que relata los pormenores de la técnica utilizada por sus coetáneos.

Gruta sin demolerHoy en día, todo esto se ha convertido en un parque natural donde se pueden hacer diversos recorridos de diferentes tiempo de duración, tanto andando como en vehículos, acompañados por guías que te van contando todos los pormenores de la vida, el trabajo y la historia de la zona, visitar parajes como La Cuevona o La Cueva Encantada, restos de las explotaciones, o en la otra zona el mirador en Orellán.

Para llegar a la localidad de Las Médulas puede accederse desde Ponferrada por la N-VI para tomar la N-536 hacia O Barco. En Carucedo, a 20 kilómetros de Ponferrada, se encuentra el arranque de la carretera que se dirige a Las Médulas. Poco después de dejar atrás las últimas casas de Carucedo, la vía se divide en dos ramales sin una señalización clara: el de la derecha lleva al pueblo de Las Médulas y el de la izquierda al de Orellán y su mirador. Conviene ver primero esta segunda opción, el mirador y la visita a la cueva, para luego pasar más tiempo en la propia zona de la mina realizando alguno de los recorridos de mayor o menor duración.

Hay que recordar también que la ciudad de León tiene su origen en la Legión VII Romana que tenía su sede en esa zona y que de su asentamiento inicial nació la ciudad.

Enlace | Fundación Las Médulas | En Wikipedia | Ficha en la UNESCO

La guerra de Sidi Ifni

Leyendo el libro El Héroe de Manuel Rivas, conozco la existencia de la guerra librada en Sidi Ifni. Una guerra que se llevó tan en secreta, que pareciera no haber tenido lugar. En el reportaje que se transcribe se dan más detalles sobre esa guerra fantasma.

El general Mariano Gómez de Zamalloa, el laureado del Pingarrón, el héroe de la División Azul en las estepas rusas, recibió en su despacho de gobernador general de Sidi Ifni, África Occidental, un telegrama de Madrid con el siguiente texto: «Representante bandas armadas asegura a partir 12,00 horas día 30 harán alto el fuego ese sector. Observe cuidadosamente actitud enemigo, extremando precaución. Fuego propio totalmente prohibido. Aviación no debe volar». Ese día 30 era el del mes de junio de 1958. Va a hacer ahora cuarenta años. El texto del telegrama venía a decir que la guerra había terminado.

Pero ¿qué guerra? ¿Existió alguna vez -como decía Giraudoux de la de Troya- una guerra en Ifni? Después de todo, ¿acaso existió Ifni? ¿Existe aún? Es verdad que murieron al menos 300 españoles y que más de 500 fueron seriamente heridos en las batallas, que muchos miles de soldados de reemplazo lo pasaron muy mal en las trincheras y puestos de vigilancia montañosos de aquel enclave africano, y hasta época tan reciente como 1969, pero ¿fue aquello una guerra?
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