Archivo de la categoría: Kriller71 Ediciones

café en la nieve

Café en la nieve (Matthew Dickman)

Kriller71 Ediciones pone en el mercado, y por primera vez en castellano, los poemas del norteamericano Matthew Dickman (Oregón, 1975). Una antología personal bilingüe del propio autor, con traducción de Sebastián Urli y Patricio Grinberg. Poemas extraídos de los libros All-American Poem, Wonderland, Husbandry, Bouquet y otros bajo el epígrafe New unpublished poems.

Son poemas que siguen un orden cronológico. Poemas tristes, más los últimos.
Y al hilo de esta cronología veremos cómo son aquellos años adolescentes de Dickman. La relación con la madre, las movidas con sus compañeros, la pubertad, la picazón del deseo (porque el siguiente verano sentí que dios se alejaba/ y mi polla le ganó a la santidad), las cervezas, el skate, la secundaria, los primeros besos.

A Dickman la separación de su mujer durante la COVID lo ha dejado tocado y estos poemas recogidos en Husbandry (escritos con pares de versos) creo que le permiten recorrer la herida y tomar también conciencia de la ausencia, mientras se afana con la paternidad (un buen ejemplo es el poema Crianza y eso tan habitual de levantarte cada media hora a ver si el bebe respira en la cuna, cuando su respiración es calma), al cuidado de los dos pequeñines. ¿Y cómo se replica el rol de padre? sin haber tenido Dickman uno.

Es curioso leer cómo en uno de los poemas, Regalo, asume que su mujer le ofreció un hijo para que Dickamn tuviera algo cuando ella se fuera. La separación, la ausencia, la muerte; Ese es otro de los temas recurrentes. Muy emotivo es Dormir, el poema que le dedica a su abuelo, Richard McCann, muerto cuando el autor contaba ocho años.

Pero no todo aquí es melancolía, también hay espacio suficiente para las flores (sí flores. Siete poemas, uno para cada flor, y ligados a sus seres queridos, comenzando por la rosa y acabando con el avellano) y el amor filial. Uno de mis poemas favoritos de la antología es el que cierra el libro, Lámpara y costa. La lámpara es su hermano gemelo. La costa su hermana. Son poemas nada alambicados, de prosa sencilla y efectiva, en tanto que logra que la flecha, con forma de palabras, haga blanco en el centro del corazón. Allá donde late la emoción.

Además hay en estos poemas algo parecido al olor del lirio, que comenta Dickman; aromas que me devuelven, por un rato, a la infancia.

Café en la nieve. Antología personal
Matthew Dickman
Traducción de Sebastián Urli y Patricio Grinberg
Kriller71
2025
194 páginas

(no) me acuerdo

(no) me acuerdo (Fernanda García Lao)

El I remember de Joe Brainard dio lugar a otros libros posteriores como el Me acuerdo de Perec o ahora a (no) me acuerdo de Fernanda García Lao.

No me acuerdo del autor de Me acuerdo, primera versión.

¿Es posible armar una autobiografía (asumiendo, como dijo Barthes, que toda autobiografía es ficcional) mediante 231 parágrafos? Solo hay una forma de comprobarlo: leer el libro de Fernanda.

Creo que en este mundo abundan más los que no somos como Funes el memorioso, y por eso, de muchos años de nuestra vida no recordamos absolutamente nada. Quedan, eso sí, acarreos, jirones, esquirlas.

Los (no) me acuerdo de Fernanda van en esa línea. No me acuerdo, en todo caso reversibles, porque no se acuerda de unas cosas pero sí de otras. El hecho de no acordarse de ellas es como poner de manifiesto algo tachándolo; que aquí sería enunciando su desmemoria. ¿Y qué es lo que Fernanda recuerda? Pues lo que el resto de los mortales: olores, sabores, pieles, besos, lecturas, orgasmos, recetas, tumbas, poemas, lugares (Mendoza, Praga, Buenos Aires, Madrid…), diálogos de películas, películas, profesores, seres queridos, deseos, angustias, pasiones, temores, tiempo presente.

Curioso artefacto narrativo el pergeñado por Fernanda; una sucinta autobiografía que palpita al compás de cada palabra y recuerdo. U olvido.

(no) me acuerdo
Fernanda García Lao
Kriller71 Ediciones
102 páginas
2025