Archivo de la categoría: Literatura Italiana

La luz en casa de las demás (Chiara Gamberale 2012)

La luz en casa de los demás
Chiara Gamberale
Seix Barral
2012
480 páginas

Chiara Gamberale es romana, joven (1977), apuesta, versátil: es locutora de radio y escribe en revistas como Vanity Fair y publica también novelas, como La luz en la casa de los demás. La mayoría de los escritores jóvenes padecen el mismo mal, sufren lo que podemos denominar como escrituras epidérmicas, cioè, que las historias se mueven en la superficie, de ahí que una vez leídas, esas novelas sean flor de un día, pues nada hay en ellas que logre echar el ancla en nuestra memoria, al menos en mi caso, a lo cual en nada ayuda nuestra modernidad líquida que actúa como exfoliante.
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Sobre la felicidad a ultranza (Ugo Cornia 1999)

Sobre la felicidad a ultranza portada libro Ugo CorniaSi en el libro que comentaba el otro día de Edoardo Nesi, Una vida sin ayer, se nos mostraba un escenario apocalíptico, sin futuro ni esperanza, esta novela de Ugo Cornia titulada Sobre la felicidad a ultranza es todo lo contrario porque rezuma optimismo y felicidad, otro caso distinta es que tanto buen rollo cale en el ánimo del lector: en mi caso no.

Un libro así es de esos que a priori te entra por los ojos, poniéndote las pupilas a punto de nieve, porque todo es bello, hermoso, optimista, esperanzador, armónico y suave. La historia está contada por un tal Ugo, se entiende que es el propio autor, que en esta novela, la primera que escribió allá por 1999 y que en España se publicó en 2011 en Editorial Periférica, hace un ejercicio de memoria, y saca a pasear a todos sus muertos. Todo el libro es una colección de anécdotas, de momentos recordados en compañía de su padre, de su madre, de su tía, de esos seres queridos que marcaron su existencia y todo gira en torno a eso, y a poco más, porque todo se centra en los muertos, en los moribundos, que van camino del hoyo y en los recuerdos que dejan a los que se quedan.

Ugo además de dar cuenta de como el horno crematorio nos convierte en polvo a todos, sin importar raza ni condición, también nos da cuenta de sus otros polvos, los terrenales y saca a pasear a unas cuantas mujeres con las que folló, unas a las que amó, otras a las que quiso, alguna de la que se enamoró, y otra a la que no le dijo lo que le tenía que haber dicho en el momento preciso: como la vida misma.

La forma de narrar de Ugo Cornia es muy simple. No hay rebuscamiento alguno ni tampoco ningún esfuerzo en que lo escrito tenga algún recorrido (una apreciación mía subjetiva, porque seguro que Cornia aspira a convertirse en un clásico y ya hay quien tilda esta novela de Obra maestra, que aplicado a la literatura son como esos diez partidos del Siglo que se juegan cada temporada), basta con ir despachando anécdotas, ensartando recuerdos sobre el papel, a lo que también contribuye la traducción que en algunos casos chirría como cuando uno lee varias veces eso de «la mar de ….«. Digo yo que ahí el autor, o el traductor deberían echar mano de otros sinónimos porque sino la lectura acaba pecando de reiterativa, tanto que el argumento banal y la felicidad a ultranza de este prenda, me resultan indiferentes.
Vamos, que la cosa empezó más o menos bien (con Lalli y Brown y con la madre en vida y las singularidades de su padre), pero acabó regular tirando a mal (con sus devaneos amorosos y el ensimismamiento propio del aburrimiento)

Como Ugo es filósofo en algunos momentos nos endiña unas disertaciones filósoficas que no vienen muy al caso, con la pretensión quizá de que lo escrito coja algo de vuelo, ciertas hechuras u honduras, pero ni con esas.

Eso sí, el título me gusta mucho y lo ratifico, hay que ser feliz a ultranza o al menos intentarlo, porque a día de hoy la lectura de un periódico cualquiera o un telediario de la primera, de esos de hora y media, le dejan a uno al borde del llanto, o de la ira, o de la furia, o de la depresión, o de la inmolación, o de.

Una vida sin ayer (Edoardo Nesi 2012)

Un día sin ayer Edoardo Nesi Edoardo Nesi ganador del Premio Strega por su libro La historia de mi gente, ha publicado recientemente Una vida sin ayer.

Tras leerlo me he quedado muy desilusionado, si bien no sabía bien a qué me atenía, salvo alguna reseña favorable que había leído en Babelia. Edoardo en esta novela, o planfleto más bien, nos da su parecer sobre la crisis y se atrave a darnos alguna solución. Nada nuevo bajo el sol (es de cajón que las empresas dan puestos de trabajo y que sin empresas grandes o pequeñas no hay trabajo para nadie).

El discurso de Edoardo me resulta un tanto cansino y reiterativo. Los malos de la película son la globalización, los Chinos, las multinacionales, los políticos inoperantes y la víctima, claro está, es el pueblo, esos forzados trabajadores que se dejan la piel trabajando (el que tiene trabajo) para labrarse un futuro, que se torna en un iceberg puesto en medio de un desierto. Un pueblo sin mácula. Un pueblo, que huelga decir, vota y sitúa ahí, en las Instituciones, en el Parlamento, a quienes ellos desean.

Los libros donde el escritor adopta un tono didáctico a la par que ñoño me dan cierto resquemor, por no decir algo peor. Si quiero enterarme de cómo surge este burbuja financiera global leo a Loreta Napoleoni (La Mordaza), para enterarme de los postulados del Decrecimiento ahí está Latouche, sobre la Globalización está Chomsky o Stiglitz y así un largo etcétera.

El caso es que Edoardo sobre todas estas cuestiones nos da su opinión en su libro, narrado en primera persona y el libro es como si subido en una tarima el escritor se dispusiera a darnos un discurso en el cual hablar de todo y de nada, sin demasiada consistencia, tratando de captar la atención de los oyentes para que estos no se duerman y para eso el tono apocalíptico y épico siempre funcionan.
Todo es humo.
Su indignación de salón también.

Al final de su libro Edoardo se viene arriba del todo y dedica nada menos que 16 páginas a narrarnos una experiencia única: un partido entre el Milan y el Real Madrid, acompañado en el estadio de su hijo y de un amigo de este. Eso, el fútbol como catársis, como narcótico más bien, como sedante, no catódico pero parejo.

Para llegar al final del libro antes he tenido que sobrevivir a párrafos como este.

«Mi generación tendrá que hacer más que otras. Después de todo, nuestra es gran parte de la culpa. La expiaremos poniéndonos al servicio de nuestros hijos e hijas. Les llenaremos el depósito del coche, les limpiaremos el parabrisas y les abrocharemos el cinturón de seguridad y luego les haremos una caricia, les daremos la cartera y les diremos que pueden ir a donde quieran. Que no tengan ningún miedo y que partan hacia el futuro. Sin nosotros, como sería justo. O incluso sin nosotros, si quieren llevarnos. Pero tendrán que ser ellos quienes decidan libremente». (pag 136)

Me decía un amigo italiano hace unos años que en Italia la mitad de los italianos trabajaban para Berlusconi y la otra mitad querían trabajar para él: no digo más. Bueno sí. Seguramente a Berlusconi lo auparon al poder los Chinos globales que trabajaban para las multinacionales. A saber.

Escritores italianos publicados en España

Echando un vistazo al catálogo de Biblioteca de La Rioja, estos son los escritores y escritoras italianos cuyas obras han sido traducidas al castellano y que se encuentra en ella presente. El objeto de esta comentario es certificar que a pesar de que vemos en las librerías cada vez más autores italianos (Ammaniti, Avallone, Mari, Sorrentino, Erri di Luca, Nesi, Mazzantini, Baricco, Moccia, Cornia etc), hay otros tantos no tan conocidos que también consiguen estrenar aquí sus libros. Como es de esperar la nómina de escritor@s irá aumentando. Esto es sólo una primera aproximación.

Ammaniti, Niccolò
Antonioni, Michelangelo (1912-2007)
Arcucci, Francesco
Arpaia, Bruno
Avallone, Silvia (1984-)
Avoledo, Tullio
Bagnasco, Orazio
Balestrini, Nanni
Baricco, Alessandro
Basile, Giambattista
Battaglia, Romano
Belnome, Ricardo
Benni, Stéfano
Bertante, Alessandro
Bevilacqua, Alberto
Bianchini, Angela
Bianciardi, Luciano (1922-1971)
Biondillo, Gianni
Boffa, Alessandro
Boito, Camillo
Bonvicini, Caterina
Borromeo, Pietro
Bossi Fredigotti, Isabella
Brambilla, Cristina
Brena, Silvia
Brolli, Daniele
Bruni, Massimo
Bufalino, Gesualdo
Busi, Aldo
Buticchi, Marco
Buzzati, Dino
Cacciatore, Giacomo
Caioli, Luca (1958-)
Calasso, Roberto
Camilleri, Andrea
Canobbio, Andrea
Caputo, Iaia
Cardini, Franco
Casanova, Giacomo (1725-1798)
Cataldo, Giancarlo De Sigue leyendo