Para oficiar líricas ceremonias sólo el poeta
en la vejez calcina sus libros, que los inventa,
los escribe de nuevo sin incienso, sin escándalo,
y se extiende el sigilo donde acaba la razón:
la débil contraseña de la vida abandonada.
En horas como está gózame desolación,
alcanzaremos la potencia hidráulica del llanto.
Roberto Iglesias. Memoria última. 2019. 144 páginas. Mangolele Entreprisas & Ángeles Sancha Libros