Archivo de la categoría: reseña

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Tocar el mundo. Una introducción informal a la pintura (Norbert Bilbeny)

En este amenísimo y sustancioso ensayo que lleva por título Tocar el mundo, una introducción informal a la pintura, de Norbert Bilbeny (Barcelona, 1953), el autor se formula cuatro preguntas, a saber: qué es pintar (la búsqueda de la luz, ¿poner color (teñir?) ¿desteñir?), qué hay que pintar (la pintura es el artista y lo es es el que hace aquello que cree y siente), cómo se ha de pintar (ars longa, vita brevis; la entrega incondicional al trabajo por parte del artista; la importancia de la composición, para Kandisnsky la esencia misma del arte moderno), y por qué hay que pintar (la búsqueda de la belleza).
Para ello hará un recorrido por la pintura abstracta y figurativa y sus representantes.
Preguntas fundamentales para el artista, tanto cómo para el lector curioso e interesado en el arte pictórico.

Blanco sobre blanco ~ Malevich

Blanco sobre blanco ~ Malevich

Creo que no soy el único que ante el arte abstracto se siente perdido, quizás por la falta de mensaje, del relato no implícito en el cuadro. Cómo conectamos con una esfera, una línea recta, con las genometrías de Kandisnsky, con el caos de Pollock, cómo comprendemos en esas obras la composición de la obra, que es la que da consistencia a la misma.

El altar de Gante

El altar de Gante

Reflexiona el autor cómo engarza hoy la pintura en la sociedad actual, qué papel juega hoy la pintura, ante el predominio de lo virtual, cuando la pintura es un arte matérico, la combinación de una superficie y unos colores. Parece que el arte pictórico busca la perfección, o más bien, esta le es necesaria. El cuadro fija una belleza que no estaba en el mundo.
El resultado de perfección de una obra denota el deseo de su autor de perfección del mundo, dice Bilbeny.

Manet

Manet

Repasa el autor tres órdenes de pintura, la la figuración clásica, la abstracción figurativa y la abstracción pura. La extracción surge en 1911, ya con Kandinsky, y con el grupo Der Blaue Reiter. El arte abstracto es un arte que no representa aparentemente nada. Hay dos órdenes básicos de la pintura artística, el de los lenguajes de la representación y el de los lenguajes de la abstracción. Al primero pertenecen todos los autores y estilos de la figuración clásica y al segundo los de la abstracción en general. En la abstracción no hay tema ni significado.

Agnes Martin

Agnes Martin

La abstracción figurativa se alimenta del lenguaje de la figuración clásica y de la abstracción pura. Autores representativos son Picasso, Cézanne. La pintura abstracta nace con este pintor, cuando sin pretender obtener nada a cambio, pinta por la pintura misma y ya ni siquiera para el salón de casa. En la abstracción pura la expresión (con la que la abstracción figurativa afecta al espectador) es sustituida por la importancia de la composición.

Pablo Palazuelo

Pablo Palazuelo

Un capítulo va dedicado a la filosofía y la pintura. Dice el autor que apenas ha habido pintores_filósofos, ni filósofos-pintores. La pintura es imagen e imaginación; cuanto más abstracta, más imaginación, mientras que la filosofía son conceptos y argumentos, es palabra.

Carlos Mensa

Carlos Mensa

Muy bueno

Editorial Elba. 2023. 137 paginas.

9788417951306

Nuestro reto climático (José Miguel Viñas)

Todavía estamos a tiempo de saldar nuestra deuda con el mundo y construir un futuro mejor. Esto completa el título del ensayo, Nuestro reto climático (Editorial Alfabeto) de José Miguel Viñas.

El cambio climático se percibe hoy como una amenaza real y cercana. El concepto de cambio climático es relativamente reciente. Surge a partir del 2001. George W. Bush prefería este término al de calentamiento global.

El mundo anterior era más cálido que el actual. Luego la tierra fue enfriándose progresivamente. La vida surgió con el nacimiento de la atmósfera. Después se sucedieron las glaciaciones. Ahora estamos en la séptima glaciación. La última ocurrió hace 12000 años. Lo siguiente que vendrá, no sabemos cuándo, será otra glaciación, si bien el calentamiento global podría impedir su entrada.

Hay elementos, como la actividad volcánica que podrían frenar (temporalmente) el calentamiento global, por su aporte de aerosoles a la atmósfera. Si bien esto supondrá la pérdida vidas humanas, y también la emisión de dióxido de azufre o fluoruro de hidrógeno.

Lo novedoso ahora es que el tiempo no cambia solo por catástrofes naturales sino que ahora la influencia antropocénica cada vez es mayor. Esto es, la presencia humana. Nos referimos al Antropoceno para hablar de esa nueva época de la historia geológica de la Tierra caracterizada por ese impacto global de las actividades humanas.
Somos responsables de la reducción de la capa de ozono, de la contaminación química, del cambio climático actual, de la acidificación de los océanos, de la producción masiva de plásticos o de los cambios de los usos del suelo.

La subida de temperatura no es la misma en todas los partes del orbe. Donde más acusada está haciéndose es en el Ártico, con grandes pérdidas de toneladas de hielo. Asimismo están subiendo más las temperaturas nocturnas que diurnas, para lo que urge reducir de forma rápida las emisiones de gases de efecto invernadero.

La mitad de la población mundial (la cual va en ascenso) es actualmente muy vulnerable a los impactos del calentamiento global, según el sexto informe del IPCC (organismo creado en 1988 bajo el paraguas de Naciones Unidas). Además, la tendencia es que la población se concentre aún más en las grandes ciudades, creándose el efecto «isla de calor» y aumentando la contaminación atmosférica.

Además del CO2, el vapor de agua es el gas que más contribuye al efecto invernadero. Si aumentan las emisiones de CO2 a la atmósfera, la temperatura seguirá subiendo, y se evaporará más agua de la superficie de los océanos, y el vapor adicional incorporado a la atmósfera potenciará más el efecto invernadero, y lo hará más rápidamente.
En 2021 se emitieron 36400 millones de toneladas de CO2.
Hasta la fecha, la absorción de CO2 por parte de los océanos es una de nuestras tablas de salvación. Llegando a absorber el 93% del calor extra que aportan nuestras emisiones de gas de efecto invernadero. Pero las aguas oceánicas se están calentando y acidificando.

Otra tabla de salvación nos la dan los bosques, al ser capaces de fijar el CO2. Si bien la deforestación actúa en sentido contrario. A lo que hay que sumar la reiteradas olas de incendios.

Desde 1850 la temperatura global ha aumentado 1,2 grados. En el Ártico ha sido de tres grados. No parece compatible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el actual modelo de crecimiento económico.

El calentamiento global conlleva cambios en los océanos, en las masas de hielo de la tierra, que se están mermando, en los ecosistemas y en las formas de vida animal y vegetal de la tierra; incluso en la morfología terrestre.

El sexto informe del IPCC, afirma que los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos y cada vez más intensos. Habla de que se han alcanzado puntos de no retorno. Hay un ambicioso plan que consiste en la descarbonización neta total en 2050. Hay que dejar de echar madera (carbón, petróleo, gas natural) a la caldera.

El calentamiento global incidirá en las sequías, que serán mayores en el sur de África, el sudeste asiático, Australia y Europa (en su región mediterránea). Serán sequías más duraderas que las actuales.
Una de las soluciones que le parecen factibles al autor consiste en un mix energético de un 60% renovables y un 40% nucleares. De aquí a 2050.

Hay algunas acciones que podemos hacer como ciudadanos para contribuir a reducir la huella de carbono:

Como regular la temperatura de nuestra vivienda, usar bombillas de bajo consumo, usar más el transporte público, ir en bicicleta o caminar, llevar los neumáticos del vehículo en buen estado, consumir alimentos de cercanía y temporada, llevar una dieta mediterránea, reducir el uso de plástico y papel, reciclar más y reutilizar más, reducir el consumo de agua, informarse adecuadamente del cambio climático, pasar de la teoría a la práctica.

Además del CO2 otro gas a tener en cuenta es el metano. Representan un 15%. En su origen animal es tan importante poner frenar el consumo masivo de carne.

El libro se complementa con una nutrida bibliografía de lo más interesante. Ahí podremos abundar más si nos place en el tema del cambio climático, en el impacto del calentamiento global o en cuestiones como los refugiados climáticos, etc.

Un ensayo interesante.

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La tercera clase (Pablo Gutiérrez)

En la estupenda novela La tercera clase (La navaja suiza editorial, 2023), Pablo Gutiérrez nos sitúa en el bajo Guadalquivir, en un territorio conocido como La Broa. Zona marismeña donde cuatro grandes edificios no ejercen de faro de nadie, porque todos andan bastantes perdidos, consumidos en la miseria, la desesperanza, atados a destinos crueles, respirando todos ellos una libertad asfixiante. Algo ha sucedido con la joven Valme. Testimonios varios, de amigos de la cuadrilla de Valme (Aldo, Alberto, Nico, Guti, Aurora, Regla…) de profesores (Eduardo, Dolores, Sebastián, Beatriz, Joaquín…) y ordenanzas (Antonio) son voces que se cruzan en el vacío para arrojar algo de luz (dudosa) sobre lo acontecido. Y como en otras novelas suyas, la mirada de Pablo, pienso en Democracia, pienso en Nada es crucial, se compromete con lo social, con el espíritu adolescente (que tan bien describe y conoce), para iluminar zonas físicas y espirituales para nada amables, más bien tumultuosas, violentas, dramáticas, contradictorias. Los jóvenes que rodean a Valme son violentos, actúan como el eslabón de una cadena, como la correa de transmisión, sin mejorar la situación de sus progenitores. Las aulas apenas les alivian su situación unas horas. Aulas que son también celdas. ¿Qué papel juega para ellos la educación? ¿Qué tienen que ofrecer los docentes? El narco es el contexto, el maná que todo lo emponzoña, siempre. El presente es aciago, trágico, y parece que solo el fuego sea capaz de acrisolar aquellas almas aceradas y deletéreas, para despejar entonces las malas yerbas, amorrados muchos de ellos a ese deseo de desaparecer, de borrarse del mapa, ligado su sentir a un odio tan, tan profundo que parece haber contaminado la tierra insalubre hasta convertirla en un páramo inhabitable.

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Un pequeño mundo, un mundo perfecto (Marco Martella)

Descubro la escritura de Marco Martella en su espléndido ensayo Un pequeño mundo, un mundo perfecto, editado en Elba, con traducción de Ernesto Hernández Busto. El pequeño mundo, el mundo perfecto es el jardín, porque de jardines va el ensayo.

Un recorrido que Martella hace por distintos jardines italianos como Bomarzo, Ninfa, la Cassa Rossa de Montagnola de Herman Hesse; franceses como Versalles, Vallée aux loups, el jardín de Chateubriand o el que cultiva Miguel Cordeiro, en Saint Cyr la Rosiére, en la región de Normandía; ingleses como el bosque de las hadas de Cottingley (donde vemos el ánimo espiritista de Conan Doyle, evidenciado cuando leí El caso de las fotografías de espíritus) o la Quebrada de Jerez, en medio del desierto de Atacama.

Como dice Martella en el epílogo, el cultivo de los jardines es hoy un negocio floreciente. Las ciudades se pueblan de zonas verdes, jardines verticales o en azoteas, pero cabe preguntarse qué interés nos mueve, si es la búsqueda de un sentido o sencillamente otra forma de negocio más. Para llegar a esta reflexión seguiremos previamente y con deleite el recorrido que Martella nos ofrece por los jardines antes citados, espacios acotados, ajustados a la mano humana, como Versailles y otros más desenfadados como Saint Cyr la Rosiére, donde Cordeiro atesora toda clase de semillas no para mañana, sino para pasado mañana. Porque lo que late en el ensayo es dónde estamos y hacia dónde vamos, con qué nos conectan hoy los jardines, qué lugar ocupa hoy la phisis en nuestras vidas, qué descubrimos en nuestro contacto con la tierra, con la naturaleza. Qué encontramos si nuestra mirada se pierde en el firmamento. Qué podemos esperar de algo tan inútil, en una sociedad hipermercantilizada (y por tanto tan necesario) como la jardinería.

Ya en harina, recomiendo leer el canto de amor hacia la jardinería que es Recuerdos de un jardinero inglés de Reginald Arkell y El jardinero, el escultor y el fugitivo de César Aira.