Archivo de la categoría: reseña

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La ética del paseante y otras razones para la esperanza (Luis Alfonso Iglesias Huelga)

Dice en una entrevista Luis Alfonso Iglesias Huelga (profesor de filosofía en el I.E.S Escultor Daniel: cantera de escritores como Juan Pablo Fuentes, Diego Lázaro Niso o Pascual Martínez Pérez y de blogueras literarias), autor del ensayo La ética del paseante y otras razones para la esperanza, que escribe para leer. Así, el ensayo va muy bien provisto de lecturas ajenas, como vemos en la generosa bibliografía: Argullol, Bauman, Benjamin, Debord, Esquirol, Garcés, Judt, Muguerza, Ordine, Sennett, Todorov… por citar algunos de los autores y autores aquí manejados.

El ensayo es un análisis de la situación presente, de la sociedad del espectáculo en la que nos vemos inmersos, y la necesidad de recuperar la esperanza a través del diálogo (cara a cara), en nuestro encuentro con el prójimo, mediante el paseo (animado el caminante por un espíritu de flâneur) demorado y concienzudo que nos permite ver en la realidad un palimpsesto, una construcción, y también el poso de la memoria.

La necesidad que tenemos de la palabra, de un espíritu crítico, de una libertad de pensamiento que va más allá de la libertad de expresión. Espíritu crítico que nos permita contrastar lo que nos dicen (o nos quieren vender) con nuestra propia experiencia y asimismo nos proporcione herramientas para superar las supersticiones, las supercherías, la ignorancia. Para desechar la pseudociencia y pararle los pies a las fake-news, y ser capaces de cuestionar la manida posverdad (un eufemismo para la mentira). Para refutar las imposturas y combatir los tópicos sin fondo.

Todas estas cuestiones y muchas más, las plasma Luis Alfonso con un lenguaje tan vivo como vívido, espoleando nuestro interés con las múltiples cuestiones que aborda en su texto. Una simbiosis espléndida de lenguaje y pensamiento.

Quien aún hoy tenga reticencias hacia los ensayos, más aún cuando son filosóficos, porque estos se le antojen plomizos u oscuros, lean a Luis Alfonso (y sigan luego con Esquirol, Judt, Ordine, Byung-Chul Han, Argullol, Todorov…) quedarán deslumbrados, y más admirados que confusos.

Prueben y me cuentan.

Editorial Alfabeto. 176 páginas. Año de publicación: 2020.

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Las mujeres de Héctor (Adelaida García Morales)

Un altercado entre dos mujeres se salda con la muerte de una de ellas: Delia. No abonará la narración el terreno de la novela negra, dado que las pesquisas policiales son incapaces de encaminarlas al culpable. Ni siquiera parece que el asesinato les (pre)ocupe lo más mínimo. La asesina, Laura, no confiesa su crimen. La narración sigue otros derroteros. Se despeña en naderías, en diálogos insustanciales, rutinarios, vacuos. Héctor es el rey sol, un pansinsal, pero un imán para las mujeres. El exmarido de Laura, el amante de Margarita, el hombre que la joven Irina quisiera encamar. Una mayúscula decepción.

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El necrófilo (Gabrielle Wittkop)

El anticuario Lucien N, cae en la muerte (mejor: en los muertos) como Narciso en su reflejo. Cadáveres que obtiene de tumbas así profanadas, en París, sin importarle la edad (niños o ancianas) o el sexo de los difuntos, en los que explorará sus orificios y articulaciones, derramándose en ellos. Cuerpos en descomposición, bómbices, luego carroña. Amoríos sin correspondencia en su casa refrigerada. Volcado Lucien en una voluptuosidad escatológica, registrada en su diario. Actividad la suya, no exenta de riesgos. Los cuerpos, ya desechados, los lanza al Sena. Se desplaza luego a Nápoles, el paraíso del necrófilo. Cumple el dictado de su pasión, constata que el cuerpo vivo, no le seduce ni logra extasiarlo. Gabrielle Wittkop hace con un motivo tan repulsivo y reprobable, un ejercicio de estilo, de delicada, seductora, arrebatada escritura.

Cabaret Voltaire. Traducción de Lydia Vázquez Jiménez. 2022. 128 páginas

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Space Invaders (Nona Fernández)

Space Invaders es un videojuego de mi infancia. Similar a la Plaga galáctica, consistente en matar marcianitos. El título de la novela, estructurada en tres apartados –tres vidas y el Game Over final- nos sitúa en Chile. Primero, en los años previos a la dictadura, más tarde en la dictadura (desaparecidos, degollados, asesinados) y más tarde en democracia. Los apellidos de nuestros compañeros de clase los tenemos grabados a fuego en el cerebro, todos. Sueños y recuerdos son aquí materia homogénea, búsqueda y desvelamiento; escritura para desde el sueño habitar la realidad, doliente, lejana, recobrada; la de una tragedia colectiva.

Nona Fernández en Devaneos

Mapocho
Chilean Electric
La dimensión desconocida