¿Microcuento, cuento, nouvelle, novela?.
La pastilla de hormona, publicada en el año 2000, es una de las diez novelas de César Aira recogidas en un único volumen publicado recientemente; novelas seleccionadas y prologadas por Juan Pablo Villalobos.
En el caso de ser una novela, es la mínima expresión y la más breve que he leído nunca: 8 páginas y media. La pastilla de hormona es la que se toma un tal Rosales (aunque se las han recetado a su mujer) un buen día haciendo la gracia, pues Rosales es muy juguetón, un gozón, un cachondo, un bromista, quién sabe también si un perfecto idiota. El caso es que construye su propio personaje, se distancia de sí mismo gracias al humor, se deja llevar en sus carcajadas, su cerebro es una fortaleza mental.
Aira levanta la mirada hacia el cielo y la luz que lo inunda todo:
Las ciudades modernas, con su exceso de iluminación nocturna, han corroído la tiniebla. Hoy día, ni siquiera se ven las estrellas ni ningún otro fenómeno celeste más allá de la cúpula de penumbra difusa, a la que parece pertenecer la luna misma, que compra su visibilidad con un espejismo de cercanía.
Nos falta el esperado matiz libresco, que siempre brota: Rosales no lee nunca, porque su vida transcurre por un canal diferente al de los libros y nunca se ha dado la ocasión de que ambos canales confluyeran, hasta que un día, merced al precio irrisorio de un libro acabará comprando la vida cotidiana en la antigua China. Rosales se aplica, se faja y consigue así leer media página al día, de noche, antes de acostarse, alimentando el caletre sobre el catre, pero se dispersa, mucho, jugando con la perilla de la luz, cediendo a la oscuridad, aquel clic que deje ¿a él, a oscuras? ¿a nosotros, a cuadros?
Diez novelas de César Aira | Diario de la hepatitis #10
César Aira en Devaneos:
Los fantasmas
El mago
Prins
Varamo
Diario de la hepatitis
Un episodio en la vida del pintor viajero