Dirección: Martin Scorsese.
Reparto: Leonardo DiCaprio (Billy Costigan), Matt Damon (Colin Sullivan), Jack Nicholson (Frank Costello), Mark Wahlberg (sargento Dignam), Martin Sheen (capitán Queenan), Ray Winstone (Sr. French), Vera Farmiga (Madolyn), Alec Baldwin (capitán Ellerby),.
Guión: William Monahan, inspirado en la película “Juego sucio (Infernal affairs)” (Hong Kong, 2002), de Andrew Lau y Alan Mak.
Producción: Brad Pitt, Brad Grey y Graham King.
Música: Howard Shore.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Montaje: Thelma Schoonmaker.
Diseño de producción: Kristi Zea.
Año: 2006 País: USA
Me he divertido mucho con la última película de Scorsese, Infiltrados. Lo que me ha gustado más de todo es el final, por lo que tiene de imprevisible. A Scorsese se le da como a nadie contarnos como es la vida de las organizaciones mafiosas y en esta película vemos las andanzas de un mafioso que ronda los setenta, de nombre Costello, que controla el negocio en su zona, un tipo cruel y violento, que ha matado a todo bicho viviente para llegar dónde está. Lo interpreta Nicholson, que tiene un careto parecido al que mostraba en A propósito de Schmidt, malhablado y chocarrero, pero más listo que el hambre.
Costello tiene un contacto en la policía, que le da los chivatazos pertinentes, lo que le permite irse de rositas y no pagar por sus delitos. El polícia atiende al nombre de Colin Sullivan, interpretado por el «camaleónico» Matt Damon, que con su cara de palo y niño bueno es más malo que la tirria.
Luego tenemos a Billy Costigan, un pobre hombre que quiere ser policía, pero acaba como Infiltrado, en la bada de Costello, a quien da vida Di Caprio, en un papel de chico malo, proclive a soltar los puños, el cual transmite bien la sensación de agobio y presión a la que está sometido.
La polícia barrunta que Costello tiene un topo, osea alguien en la policía trabaja para él. A su vez Costello sabe que en su banda hay un infiltrado y la tarea de Sullivan será desenmascarar al Infiltrado.
Así las cosas, tenemos todas las cartas sobre la mesa, y es gracias a un guión muy currado el que permite que las situaciones cambien de sentido a la mínima y que nada sea lo que parezca. Scorsese exprime el jugo actoral de sus tres actores protagonistas, dando muestras de su buena mano como director de actores e insufla a la película un ritmo denonado, unos diálogos hilarantes, que casan bien con esos entornos mafiosos (donde no hay mujeres) de hombres poco pulidos que se expresan a balazos.
Como secundarios tenemos a un irascible sargento Dignam (Mark Wahlberg) que borda de su papel de mosca cojonera, capaz de sacar de quicio a un difunto y a la gatuna Vera Farmiga en la piel de una psicóloga que aficionada al billar juega a dos bandas, sentimentalmente tanto con Costigan como con Sullivan.
Por ello aunque Infiltrados dura más de dos horas, no resulta nada cansina, sino todo lo contrario y cuando ya en el final parece que ya está todo dicho es cuando Scorsese da un golpe de efecto magistral para hacernos agrandar los ojos, y preguntarnos ¿cómo coño se la ha ocurrido eso?.
Infiltrados es por tanto una película muy entretenida, con buenos actores, que mantiene un buen nivel con respecto a otros trabajos del director Italo-Americano.
Di Caprio ya había trabajado con Scorsese en El aviador y en Gangs of New York y contará de nuevo en un proyecto de Scorsese, por cuarta vez, sobre la vida del presidente Roosevelt, basado en el libro del ganador del premio Pulitzer Edmund Morris, «The rise of Theodore Roosevelt» (El auge de Theodore Roosevelt). DiCaprio interpretará al 26º presidente de Estados Unidos, que gobernó entre 1901 y 1909, en la película que narrará la vida del mandatario desde su época de estudiante de Harvard hasta la dura etapa de la segunda guerra mundial, y su llegada a la Casa Blanca, sustituyendo al fallecido William McKinley.
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