pozos de ambición

Qué ganas tenía de verla y que bien me he quedado tras verla. Es un peliculón. A pesar de su duración no se hace nada pesada, y eso que el actor Daniel Day-Lewis sale casi todo el tiempo, pero es un placer verlo actuar, una clase magistral de interpretación. La historia es entretenida, a lo largo de varias décadas, comenzando a finales del siglo XIX vemos como Daniel pasa de ser un pobre hombre buscando petróleo a convertirse en todo un magnate, su carácter hace que se encuentre sólo, viviendo una gran mentira, porque al final todo lo que parece ser importante se desvanece como un terrón de azúcar entre los dedos en un día de lluvia. Me gusta como sufre Daniel, como se mofa de la religión y de su pastor, de cómo la gente creía ver en el hombre de negocios al salvador, como la iglesia enseguida pacta con el rico para repartir la riqueza, y cómo se va consumando la tragedia hasta devenir irremediable. Yo le daría el Oscar al mejor actor, director, película y guión adaptado. No creo que tenga mucha competencia, porque además el tema que trata, la creación de los Estados Unidos, con la epicidad y heroísmo del personaje seguro que gusta a los miembros de la academia. Tuve suerte y la vi en versión original y la voz de Daniel es magnetizadora. Su director, el mismo de Boogie Nights o Magnolia hace una dirección de actores prodigiosa y cuenta en su banda sonora con el guitarrista de Radiohead que pergeña una música, extraña y sugerente que a ratos pone los pelos de punta, pero que le va a las imágenes como anillo al dedo.

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