Empiezo a hartarme de producciones de este tipo cortadas todas por el mismo patrón. Pulse es la versión americana de una película asiática, que estoy seguro que es mucho mejor que esta.
Las nuevas tecnologías, el internet y las ondas hertzianas son los medios por los cuales los fantasmas del más allá, entran en contacto con los parroquianos del más aquí. Al poco de comenzar la película vemos como un joven es atacado por un fantasma en un archivo. Al verse las caritas el fantasma entra dentro de su cuerpo.
Luego este joven recibe la visita de su novia y se suicida en su presencia. Los suicidios se suceden luego como un epidemia incurable. La novia del difunto ve como el resto de su pandilla de amigos se van también suicidando tras recibir a la parca bajo presencia fantasmagórica. De nada les sirve precintar sus estancias con esparadrapo rojo, con la idea de ahuyentar a los fantasmas catódicos. La película es un muermo que no tiene nada interesante a lo que prestar atención, es un refrito mal cocinado que indigesta por su burda preparación.
Los protagonistas ya sabemos que la van a palmar y que la chica y su amiguito (Ian Somerhalder, de la serie Perdidos) van a salvar el pellejo o cuando menos lo intentarán, más que nada por si hay que hacer una segunda parte.