La historia que aquí se nos cuenta es la de Nivek, un joven congoleño que trabaja en una mina extractiva de coltán, bajo un régimen infernal, donde supone un milagro llegar al día siguiente, y donde muchos van quedándose en el camino.
Nivek sobrevive, planta cara a los hombres que los esclavizan y pasará a trabajar con ellos. Será un niño soldado, un Kadogo más, que tendrá que hacer lo que sus superiores le pidan. Jefes sedientos de sangre, violencia y dinero, que llegarán a acuerdos con los dictadores locales y gobiernos extranjeros como el Chino, para sacar fuera todas las riquezas minerales del país, ya sea coltán, tungsteno, litio, uranio o cobalto. Nivek es obligado a romper los lazos familiares. Debe matar a todos sus seres queridos, y si no es suficiente con esto, ha de comer los pechos crudos de su madre. Algo que le atormentará los años venideros.
Como condición impuesta por Nivel para ser un Kadogo, sus jefes han de permitir que Joseph se una al grupo (y de paso a salvarle la vida). Trabajará como cocinero. En la barbarie diaria a la que Nivek se verá inmerso, barbarie que llegará a a disfrutar, su buen amigo Joseph le aportará la titilante luz de la amistad y humanidad. Nivek y Joseph logran escapar, hasta llegar al hospital en el que trabaja el Doctor Mukwege, donde trata de arreglar los maltrechos cuerpos fruto de las violaciones, tanto de mujeres como de hombres. Allí Nivek dará voz a sus historias, a su pasado violento, un pasado reciente pues todavía sigue siendo un niño. Junto a Joseph cruzarán la selva, conocerán otros lugares, tribus y tradiciones. Y poco antes de dejar la selva, a Joseph lo morderá una serpiente y morirá. Pero las aventuras se seguirán sucediendo.
Al perder la compañía de Joseph, Nivek alcanza la sabana y conoce al Gran Delwa, el hechicero más poderoso al oeste de lago Chad. Al lado del Gran Delwa llevarán a cabo la misión de salvar la vida del Rey Zafoa III. Las muerte de Gran Delwa, descansando bajo la sombra de un gran árbol, apoyado en la corteza, obligará a Nivek a moverse. Su objetivo es llegar a España.
Al dejar la sabana llega el desierto. Nivek es un tipo listo que sabe sobrevivir y hacer frente a las altas temperaturas, durmiendo bajo la arena y respirando a través de unas finas cañas. En su periplo conoce a una expedición de migrantes. Una mujer se decide a ayudarlo, a compartir la escasa agua y comida y de esa manera resucitarlo, pues cuando lo encuentran, Nivek yace sobre la arena en un estado calamitoso.
La propia dinámica de las mafias locales hace que el viaje de Nivek se interrumpa y acabe en Libia. Sus dotes como guerrero y experimentado luchador, le permitirán ganar múltiples batallas a muerte contra otros rivales, y fugarse con el dinero suficiente como para pagar el pasaje y cruzar el Mediterráneo.
La tragedia de nuevo se ceba con las personas a las que Nivek quiere, y de carambola se ven obligados a recalar en Valencia. Nivek salta de la embarcación antes de llegar a destino y puede ganarse un dinero vendiendo bolsos de imitación en la calle, hasta que la mala suerte se cruza otra vez en su camino y un encontronazo con un policía, a vida y muerte, lo pone a la sombra.
Vemos pues una historia cíclica, en donde da igual dónde se halle Nivek porque siempre sucede algo que lo echa todo a perder. La historia de Nivek es la suma de muchas otras historias de otros muchos migrantes que escapan de situaciones horribles en sus países de origen y que si logran cruzar el Mediterráneo, tampoco lo tienen nada fácil en los lugares de destino.
El guion de Antonio Altarriba explicita muy bien la aciaga vida de Nivek, pródiga en aventuras y desventuras, donde conoce gente buena y mala, personas que quieren matarlo y aprovecharse de él y otros dispuestos a ayudarle a cualquier precio. Una vida, la de Nivek, muy cundida, tanto en el tiempo como en el espacio. Los dibujos de Sergio García son poderosísimos, bellos, sobrecogedores, en algunos momentos. Los estilizados cuerpos, la expresión de los ojos, su mucha expresividad, despliegan todo su esplendor gracias al tamaño de libro y son el complemento perfecto a los textos. Y Lola Moral aporta el color preciso en cada situación y esto se ve bien a medida que Nivek deja las minas, pasa a la selva, la sabana, el desierto o el Mediterráneo.
El cielo en la cabeza
Antonio Altarriba, Sergio García, Lola Moral
Norma Editorial
2023
144 páginas