El artista cántabro José Espurz participó durante elmes de marzo en la feria neoyorquina Artexpo, que se celebró en el Javits Convention Center. Con esta cita el pintor campurriano ha dado un paso más en la consolidación de una tarea ascendente y personal, ya advertida por el poeta y escritor Leopoldo Rodríguez Alcalde hace años. Asiduo a la mayor parte de ferias nacionales, la temperamental e intensa obra de Espurz se proyectará este año a través de numerosos espacios como la feria ‘Arte Sevilla’. Expresividad y color se confirman como los dos grandes rasgos de identidad de su creación.

Tras arrancar el año con su presencia en ‘De Arte Contemporáneo’, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, este verano expondrá su obra en la sala de exposiciones ‘La Casona’, espacio municipal de su localidad natal Reinosa y en noviembre regresará a la galería de arte Annia de Salamanca.

Espurz, de manera constante y casi silenciosa, viene desarrollando una trayectoria prolífica en exposiciones nacionales e internacionales con comparecencias en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Oporto; la galería Arlés de Palma de Mallorca; ArteSevilla, en su VI Feria Internacional de Arte Contemporáneo; la III Edición de la Feria de Galerías Españolas; Arcale, en su VIII Feria Internacional de Castilla-La Mancha; la galería D. K. S. de Vitoria, o Lineart, Feria Internacional de Gante, por citar solo algunos casos recientes. Durante su trayectoria, en la que no han faltado otras referencias internacionales como Chicago, a través del Instituto Cervantes, y la galería Amalia Mahoney, ha afrontado su exitosa trayectoria ligado a salas como Carmen Carrión o la desaparecida Culturas.

Continuo crecimiento
José Espurz fue discípulo de Enrique Guinea. Después realizó estudios de Arquitectura en las universidades de Navarra y Sevilla, donde también estudió Bellas Artes. En la actualidad es miembro del patronato de la Casa de Cultura ‘Sánchez Díaz’ de Reinosa. La principal seña de identidad de la obra del pintor cántabro es su depurado manejo de la técnica y del color.

Como se ha subrayado a menudo, Espurz prefiere trabajar con una ambición de notoriedad inversamente proporcional a su originalidad, entusiasmo e ilusión.

El protagonismo de la figura humana con planteamientos oníricos y el radiante, intenso y profundo culto al color siguen siendo el fundamento de su trabajo, aunque el éxito de sus exposiciones le condujeron también a la abstracción.

La pintura del reinosano «posee un temperamento cuantioso en lo que se refiere a la mano privilegiada y a la paleta suntuosa, un grado alto de opulencia clásica, y el fervor que siempre fue signo y destino de los artistas emprendedores…», según Rodríguez Alcalde.

El pintor cántabro, quien se inició en el mundo de la pintura a través del dibujo, ha explicado en ocasiones que trata de «eliminar elementos superficiales del cuadro y los matizo mediante veladuras para quedarme únicamente con lo más esencial del lienzo, lo que en muchos casos me ha permitido descubrir cosas nuevas en la pintura».

Mediante la idea de espiritualidad, el interés en profundizar en el cuerpo, «para que la pintura no se quede únicamente en el dibujo», su creación mantiene un lúcido diálogo con la realidad

Fuente | Diario Montañes