Qué lejanas quedan series como “Luz de luna” (con un Bruce Willis que todavía no se había convertido en megaestrella enjaulada en una Jungla de Cristal), “Canción Triste de Hill Street” (cómo olvidar al capitán Furilo), “Policias de Nueva York” (con David Caruso, el Horatio de CSI Miami). Eran igual de adictivas que lo que pueden ser hoy en día otras como “Caso abierto”, “Sin Rastro”, “CSI”, “24”, “Las Vegas”, pero como no podía ser de otro modo muchas cosas han cambiado.
El otro día viendo las andanzas de Jack Bauer, el protagonista absoluto de la trepidante “24”, me preguntaba si esta serie se podría haber hecho hace una década, y llegué a la conclusión de que no hubiera sido posible. Bauer se pasa la mitad de cada episodio, rajando por el teléfono móvil, que acaba convertido en un apéndice de su mano, recibiendo ficheros en su PDA, guardando “las pruebas” en diminutas USB, mientras sus compas de la UAT manejan satélites, usan manejables portátiles que se pueden conectar en cualquier sitio, para ayudarlo en su misión, que no es otra que proteger a su país (de su presidente, un elemento de cuidado). Pero Bauer además de ir acompañado en su quehacer de la última tecnología, no desprecia la moda.
Ahora que los hombres llevan bolso (¿todos?. No, algunos aún sobrevimos al invasor, y llevamos los bolsillos a reventar), un superagente moderno como es él, también debe llevar uno. La metrosexualidad también ha llegado a los servicios de inteligencia. De esta guista Bauer, mientras corretea, neutraliza el gas nervioso, salva el pellejo de las explosiones, sortea las balas, desactiva bombas, noquea policías, sube de tapadillo a bordo de aviones, lleva con él su bolso y no uno diminuto precisamente (lógico si Bauer no se separa de su móvil, PDA, llaves del coche, catalejo monocular…), en bandolera, cual jaque con faltriquera en ristre, para afrontar el desafío de seguir vivo, cuando hay muchos interesados en que Bauer críe malvas.
¿Se imaginan a un policia televisivo hace unos años portando un bolso?. A Chuk Norris mismamente. Definitivamente como decía Bob Dylan hace ya unas cuantas décadas “The times They are A-Changing»