Con estos periódicos que han surgido ahora: Metro, ADN, con unas noticias apenas esbozadas, cuando menos a veces te echas unas risas. Hoy viene que quién tenga una hipóteca pagará 112 € más a partir de enero. Esa es la noticia. Está claro que dependerá de la cuantía de la hipóteca y de los plazos para su reintegro. Pues en el diario ADN, que lo que hacen es coger la esencia de la noticia y plasmarla en algo parecido a un teletipo, ponen lo de los 112 € y se quedan tan frescos, sin dar más información al respecto. Luego, no es de extrañar que la gente se líe y ande ofuscada por la vida.
Gracias al diario me entero también de que un señor del norte de Italia ha renovado su carnet de conducir a sus 100 añitos que en Sudán un hombre que violó a una cabra se ha visto obligado a casarse con ella, que uno de la India se casó con una cobra o que un tal Pricasso, se dedica a pintar cuadros con su pene, sin aclarar si es un artista de «brocha gorda«, de «pincelillo» o si emplea la técnica de «chorreo» del famoso pintor Pollock, que ahora que lo pienso el tal Pricasso, dado sus habilidades miembriles, le hubiera ido mejor apodándose «Pollasso» o algo similar, porque lo de Pricasso, uno no lo asocia con un miembro.
Suena a chiste, pero es tan real, como la vida misma. No solo los periódicos aportan noticias hilarantes, el otro día en el programa radiofónico de Julio Cesar Iglesias en RNE, salió hablando el alcalde del pueblo de Villaconejos, de fama mundial por sus melones, dado que un fulano que se instaló allí con su familia, les estaba haciendo la vida imposible a los lugareños.
Iba armado por la calle, no pagaba en ningún sitio, destrozaba locales, y pegaba puñetazos a todo aquel que osara mirarlo. El pueblo se hartó de él, y el día de Nochevieja le prendieron la casa, al tiempo que trataban de impedir el acceso de los bomberos a la vivienda. La familia del energúmeno, que estaba dentro salió con sus pertenencias y no hubo que lamentar víctimas, pero oyendo al alcalde, lo vivido en ese pueblo parece sacado de una película del Oeste donde los problemas se solucionaban de manera poco civilizada (a tiros), por no hablar de la actitud despótica de este señor que ya ha disfrutado las hieles de la trena, pues estuvo preso al encontrarlo el juez culpable de secuestrar a un vecino y dejarlo medio muerto en el maletero de un coche en otro pueblo.
Ahora la duda es pasará en el pueblo si a este señor se le cruza el cable y la emprenda a balazos protagonizando la secuela de «Puerto Hurraco».
Pingback: Las rebajas y el caos total Devaneos