Hacía meses que no veía el Telediario de la primera. Hoy lo vi y ha habido varias cosas que me han sorprendido. En primer lugar parece ser que el deporte y el tiempo lo ocupan todo, como si estas dos cosas fueran lo más importante hoy en el país. Además es curioso ver como los reporteros suben a montañas nevadas, o se ponen junto al mar, zarandeados por el viento, a fin de ofrecer su crónica de poco segundos, como si el que los ha enviado allí estuviera esperando que alguno de sus subordinados fuera tragado por una ola, en cuyo caso sí que habría una noticia.
Es increible comprobar el afán de autobombo que tienen todas las cadenas. Así son capaces de dedicar varios minutos del telediario que excluido los deportes se quedan en menos de media hora, a hablar de lo bien que ha ido una serie que se ha estrenado o lo bien que les va el trimestre, cuando eso quizá sea noticia para ellos y su gabinete de dirección pero que a mí como espectador me da absolutamente lo mismo si Pelotas o Aguila Roja lo ve poca o mucha gente.
En todo caso lo que espero en un telediario es que se describa la realidad, que se informe al menos con rigor. El colmo ha sido cuando al mentar a Obama, cual si de un programa de cotilleo se tratara, nos cuentan que el Presidente Negro ha visto blanquear su cabello, que es posible que se tiña, que su peluquero lo desmiente y demás sandeces. Creía que la primera no había caído en el sensacionalismo de telediarios como el de la Sexta, para los cuales informar es otro espectáculo más, donde no desentonaría para nada Wyoming (quizá sea la próxima tendencia, poner a cómicos dando noticias «verdaderas»).
Ahora los telediarios lejos de informar o crear opinión, buscan sencillamente, lo primario (caca, culo, pis), que es impactar, así que no es raro ver a un señor que sobrevive de milagro tras ser impactado por un camión que a su vez ha sido arrollado por un tren, alguien que se tira desde un balcón o alguna persecución grabada desde un helicóptero en cualquier ciudad americana.
Pan y circo. Ni más ni menos. Menos mal que todavía queda gente como Millás, que escribe cosas extraordinarias como Demagogia que me hacen creer de nuevo en la inteligencia humana.
No puedo estar mas de acuerdo contigo. Yo tampoco suelo ver el telediario de la primera a menudo, cuando el trabajo y las ganas me lo permiten, pero tambien lo vi ese dia y me quede perplejo por algunas cosas de las que cuentas.
Lo de Obama fue el colmo, menudo noticion para el telediario, porque luego empezaron con que si unos lideres envejecian (Felipe Gonzalez, Blair, Clinton), otros se mantenian igual (Putin, Bono, Tatcher) y otros rejuvenecian en el poder (melenitas Aznar, retoquitos Berlusconi). Exactamente igual que los albañiles, los presentadores o los conductores de autobus. ¿Es eso noticia?
Buen apunte.