Cuando leí el otro día El túnel de Ernesto Sábato, me hizo gracia lo que en la novela se decía sobre las novelas rusas y los patronímicos. Recuerdo que cuando leí La madre, en la adolescencia y luego otras muchas novelas, los nombres rusos siempre me parecieron un cacao.
Las trabajosas novelas rusas
Deja una respuesta