Gonzalo Torné
Círculo de Lectores
2007
257 páginas
¿Cuándo llegamos?. El que tenga hijos pequeños y los lleve en los asientos de detrás, en coche durante una travesía, oirá esta pregunta con frecuencia.
A mí, leyendo este libro, el primero que publicó Gonzalo Torné, (entonces todavía De la Guardia) me ha sucedido algo similar. No entendía como un libro de 257 páginas me resultaba tan díficil y farragoso de leer. Algunas páginas incluso me vi en la obligación de leerlas en voz alta, con la vana intención de que de esta manera mi cerebro lograra asimilar en mejor medida lo leído.
La prosa de de Torné en este libro es algo parecido a llevar puesto una prenda gore-tex mientras lees. Así lo que lees, resbala sobre la piel, sin dejar la menor huella.
Con la última novela de Gonzalo Torné, la magnífica Divorcio en el aire, estuve colocado (sus páginas fueron una droga dura durante un puñado de días), con esta, sin embargo, me siento descolocado.
Comienza el libro narrando la muerte un filósofo sueco, Gunnar Helsengor. Despúes vienen unos relatos donde cabe de todo y finalmente una entrevista que Gunnar concedió a su traductor, quizá la persona que mejor conocía su obra.
En el último tramo de libro, Gunnar se defiende de quienes le atacan diciendo que no tiene nada qué decir, que sus libros eran hueros, inanes, vacíos. Ahí Torné parece que se convierte en la voz de Gunnar, porque a su libro se le podrían acharar los mismos males que a la obra de Gunnar, y en concreto a su libro, El tiempo y el movimiento, pero parece no importarle mucho a Gunnar-Torné que no haya una historia que contar, o que rematar, que no sean evidentes las costuras de la trama, que no sea defendible una relato amputado, que su prosa trascienda más allá de los convecionalismos, de lo tradicional, para inscribirse en algo diferente. Como ese arte pictórico en el cual no vemos más que manchurrones sobre un lienzo blanco, cierta literatura pobría buscar la misma analogía, encontrar la belleza, la verdad, en lo seccionado, en lo inconcreto, en ese término medio entre el proemio y el epílogo, en esa tierra de nadie, en la que se libra la existencia. Y esta clase de ejercicios le encantarían a Vila-Matas y a Javier Avilés, ya que Gunnar se pregunta para qué escribir, qué sentido tiene, y cómo escribir, si esto no resulta una tarea estéril cuando se demuestra la imposibilidad de narrar y reflexiones similares..
Además, si a Gunnar le reconocen sus detractores más ingenio que talento, creo que aquí Torne acredita ambas cosas, pero con baja intensidad, un leve escorzo, y es sin embargo con Divorcio en el aire, donde todas esas ideas y reflexiones, cristalizan, donde Gonzalo logra adensar sus pensamientos y engrasarlos con una prosa briosa, vigorosa, portentosa, en una obra donde el talento y el ingenio del autor catalán se hermanan y confunden, alcanzando ese estado gracia, que quizá no se repita más.
Ahora, mi duda es si meterme de lleno con Hilos de Sangre (un título inevitable dado que la palabra «hilos» siempre está muy presente en la obra de Torné), que reposa, ya vencido sobre mi mesilla, o bien ventilar las estancias de mi cerebro con lecturas de otro pelo.
Gonzalo Torné en Devaneos | Divorcio en el aire
A mi me pasó lo mismo, hasta que descubrí que el propio autor se desmarcaba de su primer libro:
«Después de publicar Lo inhóspito (2007) escribí otras cosas, pero luego tuve una especie de revelación literaria y cambié de plan.
ERM: ¿Reniegas de tu primera novela?
Gonzalo Torné: No, para nada, pero Lo inhóspito es una novela marcada por mi necesidad de seducir a un editor y demostrarme a mí mismo que podía ser escritor. Es un libro muy metaliterario y tramposo, pensando poco en el lector, una especie de bernhardsebaldismo. Mi idea con esta nueva novela era hacer algo más importante y que pudiese llegar más al lector. Escuché una cosa de Julian Barnes que me dejó hundido durante dos semanas: decía, y tiene toda la razón, que los escritores del siglo XX se contentan con ser buenos en una cosa: uno hacen bien los diálogos, otros las descripciones… Pero los grandes del XIX son buenos en todas direcciones: ¿por qué renunciar a algo?»
http://www.estandarte.com/noticias/autores/entrevista-a-gonzalo-torne-hilos-de-sangre_235.html
Marta, gracias por el aporte. Parece evidente que Lo inhóspito es así, porque su autor así lo ha querido, y de hecho buena parte de libro es un defensa, o una argumentación sobre la (peculiar) forma que adopta dicha narración.
No se puede pasar por alto que el libro contiene un buen número de reflexiones e ideas muy interesantes, dentro de un conjunto (la novela) que dista mucho de lo convencional.
Lo inhóspito está muy bien como libro de aprendizaje, la escritura es impecable….pero está lejos de Hilos de sangre o Divorcio en el aire. Hilos de sangre es el hito. En ella, Torné consigue una especie de voz-flujo-estilo precioso (e introduce a Joan-Marc, por cierto, y a Clara, la destinataria de DIvorcio) y la novela vuela en páginas inolvidables, naturales, al mismo tiempo experimentales.
Es una novela más polifónica Hilos de sangre y su primera obra cumbre.
O eso pienso yo.
Retomé este libro en el 2021 tras varios años de tenerlo en mi poder. Cuando comencé a leerlo me sentía muy perdida e intentando entender aquello que leia. Así que busque información y he dado con este blog, y me he sentido identificada y aliviada al ver que no soy yo sola la que se ha sentido así. Su contenido es algo desorganizado y algunos momentos altamente delirante. Partiendo de estos comentarios me he animado a no abandonar y a querer entender el por qué de esta novela.
Mi opinión cambia por completo y mi perspectiva es diferente, pienso que el diálogo con Helsengor es un encuentro consigo mismo y una manera de justificar esta novela.
Hola Anais, gracias por tu comentario. Me alegro de que este blog y los comentarios a la novela referida hayan obrado algo de alivio.
Un saludo
Francisco