No hay que sorprenderse, por lo tanto, si la imaginación en nuestras escuelas, es tratada todavía como pariente pobre, con ventaja total a favor de la atención y de la memoria; si escuchar pacientemente y recordar escrupulosamente constituyen aún las características del alumno modelo, que es en definitiva más cómodo y manejable. (Gianni Rodari: Gramática de la fantasía)
En las escuelas y en las familias, podemos añadir, leyendo esto de Luiselli.