Post data Simon Garfield (Taurus, 2015)

Postdata (Simon Garfield 2015)

Simon Garfield
2015
Editorial Taurus
518 páginas
Traducción: Miguel Marqués

Dedicar más de 500 páginas como hace Garfield a hablar de las cartas, de la correspondencia, a lo largo de la historia, es toda una proeza o quizás una gesta inútil, un acto de romanticismo. Algunos todavía hemos llegado a escribir a lo largo de nuestra vida unas cuantas cartas de puño y letra, pero para los más jóvenes esto de la cartas, lo del sobre, lo de pasar la lengua por el sello (ahora no, que son adhesivos) les debe resultar una reliquia, una antigualla.

Dice Garfield casi al final del libro que pasar de la carta, a las redes sociales, al correo electrónico, a los tuits, quizás sea el paso previo hacia la desaparición definitiva del acto de escribir. No lo creo en absoluto. De hecho las nuevas tecnologías hacen más fácil esto de comunicarse. De hecho, si esto que estoy yo haciendo ahora delante de un teclado lo tuviera que hacer empuñando una pluma, esta reseña seguramente no llegaría a materializarse (que dicho sea de paso, quizás fuese lo oportuno).

Además en aquellos tiempos la gente escribía cartas porque no existía otra alternativa. Hoy en día quien quiere seguir escribiendo cartas y mandándolas puedo hacerlo, si bien está claro cuales son las preferencias de casi todo el mundo al respecto.

La labor de Garfield en este libro pasa por seleccionar cartas relevantes y ofrecérnoslas, de todos esos millones de cartas escritas a lo largo de la historia por personajes que luego han pasado a la posteridad, ya sean escritores, políticos, físicos, etcétera.

En esa labor de filtrado me encuentro cosas muy interesantes, como las 900 cartas escritas por Cicerón donde irá desvelando los valores de la Antigüedad clásica, las cartas de Séneca entendidas como el primer libro de autoayuda de la Historia, la descripción de la erupción del volcán Vesubio (y destrucción de Pompeya y Herculano) contada por Plinio el joven al dirigirse a Tácito y explicarla a este la muerte de su tío Plinio el Viejo, las cartas de contenido erótico homosexual de Marco Aurelio a su querido Frontón, las cartas de Petrarca consideras como las primeras cartas modernas, escritas por un intelectual, las cartas «perfectas» de Erasmoy sus airadas cartas solicitando respuesta inmediata, las 1.300 caras de Madame de Sévigné y su labor, la de escribir cartas, en la que se aplicaba con denuedo cada día, las cartas de amor de Napoleón a Josefina, confesándolo lo cansado que está de tanto aniquilar enemigos y el poder que ella ejerce sobre él -durante un tiempo. hasta que al final se acaben divorciando y Napoleón se despida entonces de su ex de este modo: Me cuentan que te has puesto gorda como una granjera normanda, las cartas de Kerouac a Cassady durante la gestación de la novela Beat Generation (En la carretera) y así puedo seguir largo y tendido, pero para no dilatarme en exceso, comentar también que más allá de las cartas de gente afamada, Garfield dedica casi 70 páginas a la correspondencia mantenida entre Chris (Christopher Baker), soldado británico que batalló durante la II Guerra Mundial y su amada Bessie. Una correspondencia, entre el frente de batalla y el hogar, donde se va cociendo el amor que ambos van descubriendo a medida que se escriben.

Hay ciertos pasajes del libro que para mí no guardan el menor interés, como los dedicados a las colecciones privadas, las cantidades que se han pagado por las cartas de personajes famosos y curiosidades similares o como fue la génesis de los actuales correos electrónicos.

Lo más valioso de este libro es dar testimonio de todo aquello que las cartas lograron aportar a la Historia, y como de una manera no tan explícita, sino como algo más doméstico, más oculto, más íntimo y personal, nos permitieron conocer mejor a la persona que escribía esas cartas, yendo así más lejos de lo que un escritor es capaz de ofrecer y desnudarse en una novela, por ejemplo y de paso conocer más al detalle aspectos de la sociedad, de la economía, de la cultura y de otros muchos ámbitos, del siglo en el que se escribieron tales cartas.

De hecho y de acuerdo con lo anterior ya he visto por ahí libros de Historia que abordan los conflictos bélicos, las guerras mundiales, empleando únicamente (o casi) las cartas escritas por los soldados (a sus familias, amigos, novias…) de los países que participaron en dichas contiendas bélicas.

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