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El rayo verde (Julio Verne)

Un amigo residente en Dublín me hizo conocedor de este podcast acerca de Julio Verne y su relación con Vigo. En el podcast se menciona El rayo verde, obra de Julio Verne no tan conocida como otras, tales como 20.000 lenguas de viajes submarino o Viaje al centro de la tierra.

Caminando días atrás entre los puestos de la feria del Libro en La Coruña, vi uno de la editorial Eneida, y allí estaba a la vista El rayo verde, novela que adquirí. Creo que es la primera novela que he leído del autor galo.

El rayo verde es una novela de aventuras, una singladura marítima de cabotaje, en la que Helena, una joven huérfana e intrépida al cuidado de sus dos tíos, se empecina en ir en busca del rayo verde, ese destello, el último rayo que el disco solar lanza antes de hundirse en el mar, cuya contemplación depara al espectador el verdadero verde de la esperanza, tal como Helena lee en un artículo en el Morning post.

A la joven Helena sus tíos la quieren desposar con un científico erudito, Aristobulus, que es tan plasta como pretencioso. Inopinadamente conocen a otro joven, un pintor, Olivier, que tamiza la realidad con la poesía y a quien ir en busca del rayo verde se le antoja también una aventura muy ilusionante.

El periplo los hará descender por el río Clyde, ir al golfo de Corryvreckan, arribar a Oban, Iona, Staffa, por las Hébridas escocesas (archipiélago de 500 islas, de las que 400 están deshabitadas), en un recorrido topográfico, histórico y etnológico. No hubiera venido nada mal después del índice, un mapa en el que situar las localidades y lugares que se mencionan.

La narración, publicada en su día por entregas en el periódico francés Le Temps en 1882, resulta alegre, divertida, romanticona, interesante, pues le suceden un montón aventuras como la acontecida en la gruta de Fingal, y vence el amor.

Julio Verne (1828-1905), muy aficionado a la ciencia y precursor de muchos inventos que luego se materializarían, ridiculiza bastante a ese científico presuntuoso y prosaico, cuya erudición solo le sirve al poseedor de la misma. En contraste, el pintor Olivier es fantasioso, valiente, un hombre de acción, capaz de cualquier cosa, incluso ofrecer su vida por salvar la de su amada.

Me ha gustado leer a Julio Verne y me ha picado el gusanillo por leerlo más, después de escuchar este podcast (el episodio cuatro) de Bruno Galindo en La biblioteca de Julio, creo que seguiré con 20.000 leguas de viaje submarino.

¿Cuál es vuestra novela favorita de Julio Verne?

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