Lo cogí al azar y me ha parecido un libro estupendo. Divertido, irónico, surrealista. Un hombre, en la edad del desguace, pierde el tren en una estación, también la chaqueta, sin identidad, se convierte en el interventor. Unos personajes, un camarero, el guarda, el afilador, el trapero, Cristo salen a su encuentro, en su cambio de identidad. Bajo ese mundo aparente subyace otro mundo escondido. En poco más de doscientas páginas Gonzalo Hidalgo Bayal nos ofrece una obra compleja de amena lectura, con una prosa cuidada, nada artificiosa, donde importa poco donde se sitúa el personaje (una ciudad de provincias cualquiera), importa poco también nominar a los personajes. Lo importante es la catársis, el cambio, la asunción de otro yo, a través de una peripecia surrealista y vital. El único pero que le pongo es como alguien aparentemente normal puede abandonarse de esa manera, convertirse en un menestoroso. Sobre el papel la transformación es prodigiosa, pero mi duda es si esto resulta verosimil. Una persona que no tiene mujer, hijos, amigos, nada que lo ate al mundo real, ese situado por encima del subsuelo.
paradoja del interventor
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