Composición lírica escrita en honor de una boda. Así define Epitalamio el Diccionario de la Real Academia. Y es lo que hay. Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) en esta novela o relato, con una prosa riquísima y abundantes referencias librescas: aparecen citados en el texto Baudelaire, Heine, Mefistófeles, Don Juan, Dante y otras expresiones que desconocía como ¡Augusta, por los manes de Homero!… Attilio Bonaparte, un príncipe mujeriego seduce -es un decir, porque la que lleva el mando es ella- a Augusta, casada, lujuriosa y adúltera y se ven a escondidas, solo en parte, porque en esos lances amorosos a veces está presente la hija de ella, Beatriz, lo cual da pie, como es de esperar, a hablar de la Divina Comedia, donde ella, Augusta, sería Francesca, más que la Turris ebúrnea, donde la narración se desgrana entre bromas y veras, caricias y escorzos, risas y muecas, con la expectativa inflamando el deseo y los cuerpos.
El final, a tenor del título, es el esperado y si nuestro Don Juan no se puede esposar con la madre, pues para eso está la joven Beatriz, para propiciar el amor entre su madre y su amante bandido casándose con este.
Epitalamio forma parte de la Narrativa completa de Valle-Inclán publicada por Espasa, incluida en su tomo I. Me ha resultado una buena manera de entrarle al autor.
Epitalamio (Ramón del Valle-Inclán)
Deja una respuesta