Robert Walser es un escritor que me gusta mucho y me resulta muy inspirador. El hombre que perdió la cabeza es un relato muy corto suyo, traducido por Juan de Sola y con ilustraciones de Carmen Segovia. En este caso creo que las ilustraciones le van bien al texto, pues lo enriquecen. Un texto apto para todos los públicos, no exento de humor.
El protagonista vive tan en su mundo que acaba perdiendo la cabeza. La paradoja hoy serían esas redes que mantienen a las personas 24 horas al día hiperconectadas, siete días a la semana, y que están a su vez tan ensimismadas en su mundo digital que la realidad (y quienes formamos parte de la misma) de puro lenta y aburrida les resulta fastidiosa.
Dicen que Robert Walser perdió la cabeza. Pero es un escritor fascinante, tal vez algo críptico, pero no tiene esto por qué ser obstáculo. La vida nos depara sus propios tiempos de lectura.
Hola Fackel, leí el otro día una novela que se principiaba con esta cita de Walser.
«Escribo esto como si nadie fuese a leerlo».
En esa falta de presunción es donde conecto con este escritor, y con obras suyas muy animosas como Los hermanos Tanner o Jakob von Gunten, que fueron muy de mi agrado. Pendientes tengo la lectura de sus microgramas.
Gracias por comentar.