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Historias de la Artémila (Ana María Matute)

Historias de la Artémila de Ana María Matute, escrito en 1961, comprende 22 estupendos relatos.
Artémila es un territorio ganado a la imaginación, pero muy vinculado, no obstante, a los recuerdos infantiles de Ana María, a los años que pasó de niña en el municipio riojano de Mansilla de la Sierra, pueblo que fue anegado a principios de los sesenta.
La mirada de la autora no supone un canto bucólico a lo rural, más bien al contrario. Aquí importa más el paisanaje que el paisaje. No son fáciles las condiciones de vida en los pueblos: prima la escasez, y la miseria, menudea la enfermedad, y como colofón la muerte, que se ceba a menudo, en varios relatos con los niños.
Hay un hombre que fantasea con escapar, pero al final se queda junto a su mujer, otro que una vez fallecido el cónyuge experimenta un gran vacío que le obliga a exiliarse a una residencia de personas mayores.
Los niños deberían encarnar la pureza, la inocencia, pero no hay tal (o no como debiera), ya maliciados, apalizados, convertidos en correa de transmisión de la violencia recibida de sus progenitores, se enzarzan entre ellos, se toman la justicia por su mano, hacen sufrir al prójimo (otros niños), entregados a rencillas y venganzas.
En el ambiente hay una mezcla de tristeza y alegría. La de la madre que no ha superado la muerte de su hijo pequeño, la del niño que quiere huir con los foráneos, las jóvenes que mueren repentinamente de tristura, también el rayo de luz en la imaginación infantil, muy capaz de sortear gracias a ella la mostrenca realidad.

Mis relatos favoritos: El ausente, El gran vacío, El rey, Bernardino.

Ana María Matute| Pequeño teatro

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