Qué gran singladura nos brinda Richard Hughes (1900-1976), qué gran sensación la de no hacer pie, la de ir a la deriva, flotando en el océano sin rumbo fijo, lejos de las líneas comerciales, en un horizonte sin límites donde están condenados a convivir durante una buena temporada unos piratas y unos niños, para quienes el barco se convertirá en el mejor de los parques de atracciones imaginables.
Si hablamos de novelas náuticas deviene inevitable no pensar en las de Melville o Conrad, y lo meritorio de ésta de Hughes es que marca su propio rumbo y la suya no se parece a ninguna de las escritas por los anteriores.
Bueno es un libro cuando nos sorprende a cada rato, trufado de golpes de efecto y de afecto, creando un limbo espacio temporal donde los niños se desarrollan de otra manera, donde su crecimiento no viene ceñido por las normas de conducta habituales, donde lejos de ejercer de padres, los marineros, bastante tienen con que los infantes no cometan alguna travesura que los haga volar por la borda.
No abreva Hughes en los lugares comunes de la épica náutica, sino que más bien supone una muy plausible inmersión en la mente humana, en este caso en la de unos niños que crecen y al tomar conciencia de sí mismos, comienzan a verse y a ver el mundo de otra manera y hacerse preguntas sin respuesta, pues sus compañeros de viaje, ofrecen el mismo consuelo que esa lámina fija que se despliega cada día ante sus ojos.
El tema de la novela como comenta Azúa en este artículo pasa por ver cómo unos niños raptados por criminales asumen la maldad sin perder la inocencia.
Si la literatura de vuelo gallináceo es insufrible, aquí Hughes con su prosa halconera vuela muy alto, tal que a pesar de su corta extensión, 265 páginas, la lectura requiere calma, no tanto porque sea difícil o árida, sino porque es de esas novelas en las que vale la pena demorarse, recrearse en lo leído, abrazarse a esas cargas de profundidad que barrenan la moral, con las que Hughes construye este artefacto narrativo.
Si quieren un buen libro para estas vacaciones, lean a Hughes. Les llevará muy lejos, hasta el centro de la noche más oscura y más allá.
Hughes la publicó en 1929, con tan solo 29 años.
Alba editorial. Colección Alba minus. 2017. 265 páginas. Traducción de Amado Diéguez
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