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Las manos pequeñas (Andres Barba 2008)

Las manos pequeñas
Se publican un aluvión de libros en España cada año. 103.000 libros en 2011. El tiempo es limitado y esto al lector le obliga a seleccionar las lecturas.
A tal fin, me inicio en la lectura de la obra de Andrés Barba con su libro Las manos pequeñas, publicado por Anagrama en 2008. Es un libro de 112 páginas. Su extensión me lo hizo recomendable para esas horas muertas que cobran vida con un buen libro entre las manos. En este puñado de páginas el autor, dando muestras de su habilidad con las palabras, logra cimentar un universo claustrofóbico, donde vive Marina, una niña que tras perder a sus padres en un accidente de tráfico, ira a vivir junto a otras niñas en un orfanato, donde marcará las diferencias, siendo fruto de las envidias del resto de sus compañeras de viaje. La violencia soterrada está ahí, cociéndose a fuego lento hasta aflorar.

El libro perturba, desasosiega, toca la fibra. Como el anciano que en una residencia recibe atención pero no cariño, Marina en el orfanato recibe asistencia pero no besos, caricias, abrazos, y eso la va vaciando al tiempo que crece. De ahí esa busqueda por la piel ajena, ese aliento ajeno que le insufle vida, como las pilas a una muñeca.

Andrés Barba | La hermana de Katia (2001)

Los bárbaros: ensayo sobre la mutación de Alessandro Baricco

Alessandro BariccoAlessandro Baricco se dio a conocer en España con su libro Seda, que en 2007 fue llevado a la pantalla grande, ofreciéndonos una película aburrida donde las haya. Seda es un libro poético, de lectura envolvente y liviana, con trazas de best-seller. Luego, Baricco ha ido publicando más libros como Novecento y ensayos como Next, acerca de la globalización. Me topé, a través de una recomendación filial con Los Bárbaros: ensayo sobre la mutación, donde Baricco, mediante una serie de entregas semanales que publicó en un periódico italiano, y que luego adoptó la forma de libro, trata de arrojar algo de luz sobre esos que él denomina bárbaros, que saqueadores de la aldea global, tiran muros, se guían por la velocidad y la espectacularidad, que prefieren lo superficial a lo profundo, que les interesa más trazar trayectorias y buscar nexos de unión, que trazar la verticalidad del profundo conocimiento decimonónico, que no conciben el esfuerzo en el sentido clásico, anhelantes de lo diferente, surcando la periferia.
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