En Cudillero constato que aunque llueva copiosamente los turistas llegamos en procesión y tomamos la localidad, en la que leo en las noticias de un periódico local que una madre se queja de que sus hijos no tienen dónde jugar en la localidad. La ciudad parece solo fachada, como una máscara, erigida sobre la montaña. Cuestas no faltan y el esfuerzo por llegar a los miradores se ve recompensado con unas vistas espectaculares.
Cudillero
Próximo a Cudillero está Cadavedo, donde es inevitable no ir hasta la ermita y fotografiar el horreo con mar de fondo. Las playas son salvajes, no hay problema para poner la sombrilla ni para aparcar, propiciado por unas temperaturas que invitan más a tomarse un caldo que un baño.
Playa de Cadavedo