En la carretera nacional N-629 en el tramo que transcurre entre de Medina de Pomar y Trespaderne, hay un pueblo, Cebolleros, que alberga algo que parece extraído de un cuento de hadas, el sueño, tan peregrino como fantástico, de un hombre, Serafín Villarán Pereda, un soldador que trabajaba en el País Vasco, que durante más de dos décadas y media (los fines de semana y vacaciones) acarreando piedras del río Nela, sobre unas cuevas, y con lo que comenzó siendo una bodega, acabaría erigiendo, él solo, en el pueblo burgalés de Cebolleros un castillo de cantos rodados.
La visita es gratuita y si quieres puedes dejar algo como donativo. El castillo de Las Cuevas es tan alucinante por fuera como por dentro. A las fotos me remito.
Castillo de Las Cuevas (Cebolleros)
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