Una escapada de cuatro días por la comarca del Matarraña depara al viajero un sinfín de alegrías, tanto en lo monumental, con los conjuntos histórico-artísticos de Calaceite, La Fresneda, Ráfales, Beceite y Valderrobres, el Castillo de Valderrobres, el Santuario de la Virgen de la Fuente en Peañorroya de Tastavins (con su techumbre de arte mudéjar), los túmulos funerarios de Arens de Lledó, las Cárceles en Cretas, Beceite, Fuentespalda, y un largo etcétera; y en lo paisajístico, con campos cuajados de olivos y constelados de almendros en flor, debido a las impropias, por elevadas, temperaturas para un mes de febrero. Tema aparte es la gastronomía: su jamón, la miel de encina, los quesos de Cabra de La Fresneda, el ternasco, las posibilidades de la trufa en la cocina (como se ve en tosta preparada con virutas de foie), el aceite virgen extra (elaborado con la variedad empeltre)…
Una comarca que vale la pena recorrer, ubicada en la linde tanto con la comunidad catalana como con la valenciana y algún grafiti advirtiendo en la calle al viajero de que allí se parla, su propio dialecto, el chapurreao.
Comarca del matarraña
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