El ensayo como prueba, aproximación, tanteo, auscultación de la realidad, es lo que propone este libro que reúne siete conferencias: Espíritu de aprendiz, El arte económico, Estado de sitio, Primores de la disidencia, La ciudad nonata, Indicios racionales de irracionalidad y El seguro azar, impartidas entre 1993 y 2007 por el artista conceptual Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937).
Libro donde hay abundantes preguntas, porque lo importante aquí no es tanto llegar a un resultado, a la respuesta que dé carpetazo a todo, siempre una salida en falso, sino proponer, discurrir, reflexionar, sacar punta al intelecto hiante y voraz, preguntarse rodeado de gente, de manera casera (que no doméstica), sin reclinarse en las ideas de nadie (salvo en la última conferencia), lo cual a veces nos conviene, pues si rascamos mucho sobre ciertos términos, como ¿qué es una obra de arte? podemos acabar con los ojos como platos emoticoneros al leer definiciones como la que nos brinda Rochlitz.
Para que haya obra de arte es preciso que se dé una coherencia de visión caracterizante de un conjunto de símbolos al mismo tiempo personales e impersonales, dotados de una fuerza expresiva que les distinga de los símbolos denotativos y dando testimonio de una habilidad no contingente. p>
cuestiones que tienen que ver con el arte, la cultura, la ciudad (y aquello que la hace o debiera de hacerla tal), la convivencia, la actividad artística, la creatividad, la creactividad, el aprendizaje, el aprender a aprender, el conocimiento y los cono/cimientos del cultivado, la relación de la cultura con el dinero, el poder y lo oficial, y los principios de disidencia, indisciplina, ruptura, radicalidad, todo ello argumentado con un discurso nada complaciente, muy crítico en esencia con el arte, el artista, el mercad(e)o, la irracionalidad, aquello que se vende y publicita hoy (y entonces); mención también a una crisis, la de 1993, similar a la que hemos conocido recientemente, y la pregunta de cómo la cultura se ve (o no debe de verse) afectada por la crisis.
A Isidoro lo leo como un pliego suelto, como un verso libre, capaz de multiplicarse para escribir los más tristes y lúcidos esta noche, hacia la nada abierta, incierta, azaharosa: Los museos son mausoleos / los museos son cementerios/ simplemente/…no marinos, pero sí artífice de páginas deslumbrantes.
Pepitas de calabaza. 2018. 203 páginas