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El crimen del cine Oriente (Javier Tomeo)

Una visita a las urgencias de un hospital en calidad de acompañante y las casi seis horas de espera crearon las condiciones propicias para darme a la lectura y sobrellevar (relativamente) el aburrimiento con esta novela breve (113 páginas) de Javier Tomeo, al que hacía un porrón de tiempo que no leía.

El título de la novela no hace honor a la verdad, pero no dudo de que es más impactante colgar ahí un crimen, que la «muerte» o el «accidente».

La historia es una pieza de cámara, como si fuese una película que estuviese pensada como una obra teatral, si bien aquí los diálogos no son lo mejor de la novela. La historia nos cuenta cómo el destino de una prostituta que deja el lupanar de la noche a la mañana y también a su chulo después de recibir una paliza de este, se liga, de buenas a primeras, a la de un acomodador (del cine Oriente), sin encontrar acomodo, por mucho que ella quiere conquistar a su amorcito (con querencia por el trasnoche y el pimple) por el estómago, y le prepare reiterados estofados, resultando ella a la postre estafada, pues le dejará a su Juanito (que así se llama el susobicho) dos mil duros (la novela data de 1995) que no volverá a ver.

Ella maneja un lenguaje sanchopancesco, abundante en frases hechas y refranes, y Juan tiene la mente tan nublada por el sexo que logra ir poco más allá en su pensar de la idea de follar (un pensamiento que a duras penas (a falta de un pene duro pues el alcohol desarbola cualquier pasión) logrará materializar mas que en contadas ocasiones.

Creo haber leído que Tomeo prefería los personajes masculinos en sus novelas. Y lo entiendo, porque aquí María parece un muñeco en manos de Juan. Como si ella hablase por arte de la ventriloquía.

Por darle algo de alegría (o misterio) a la cosa, la novela despunta con lo que podría ser un triángulo amoroso, o un crimen pasional, como se denominaban entonces a los crímenes de las mujeres a manos de sus parejas, pero ni por esas.

La novela se resuelve de esta manera (podía haber sido de cualquier otra), porque de alguna manera había que ponerle fin a una historia en vía muerta casi desde su comienzo.

En 1997 la novela fue llevada a la gran pantalla… pero esa ya es otra historia.