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El modelador de la historia (J. Casri)

Leo:

-¿Tus libros son literatura? -dice.
-Me considero afortunado si se publican -respondo riendo-. Pero no lo he hecho en tiempo.

Que un libro como El modelador de la historia del debutante J. Casri, tan lleno de literatura vea la luz (lo edita Piel de Zapa) es un regalo para el lector curioso, arrojado y abierto de miras.
Si se fijan en la cubierta, verán un libro dentro de otro libro dentro de otro libro dentro y cuadrados de texto dentro de otros textos con diagramas flechas…

Da una idea esa imagen de algo que es eterno, como Dios. También de circularidad, de que al final le sigue un principio, en bucle.

Y qué sucede si la historia puede ser alterada. Si alguien al que llamamos El modelador de la historia está ahí en la sombra moviendo los hilos. Si este personaje creado por un escritor, Daniel, se convierte asimismo en la creación de esa figura autorial. Vemos que esto es como el huevo y la gallina. ¿Quién crea a quien?
¿Qué es real y que no lo es? ¿Que fina línea separa la realidad de la ficción?
Con estas reflexiones en la cabeza, el autor monta un entramado, un juego, un rompecabezas, fiado todo al arte de narrar y de entretener, sustanciado con un buen aparato de notas, reflexiones y apuntes filosóficos, históricos, literarios, etimológicos…
Un libro que podría ser infinito. De hecho lo es, en cuanto sigue zumbando en la mente del lector una vez ¿acabada? la lectura.

Lectura que nos arrastra a Londres y Barcelona, con un halo de irrealidad, porque en el espacio, suspendidos en el aire, en un vuelo transoceánico el lector dejará también en suspenso su incredulidad, o habrá de hacerlo, para abrazar así la oferta de Casri, o sus Ocho maneras en las que el mundo podría terminar, o la figura de ese Modelador que actúa como un macguffin, o los mitos griegos que parecen haber cedido el testigo a la Física.

El modelador de la historia o la escritura como un arte de prestidigitación.

Gracias Juan Pablo por la recomendación.

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Quienes se marchan de Omelas (Ursula K. Le Guin)

El relato Quienes se marchan de Omelas (con traducción de Maite Fernández e ilustraciones de Eva Vázquez) es mi primer acercamiento a la obra literaria de la escritora Ursula K. Le Guin.
Se trata de un breve relato fantástico. Omela se nos describe como una ciudad de ensueño. Luego veremos que hay truco. Que es necesario pagar un precio a tanta belleza, a tanto orden, a tanta comodidad. Es ese momento, cuando descubrimos el quid de la cuestión, cuando surge el planteamiento moral, esto es ¿qué hacer?.
Hay quienes están dispuestos a anteponer su felicidad a la desgracia ajena. No todos por supuesto. Algunos, no quieren ser partícipes y deciden marcharse. Son quienes se marchan de Omelas.
Logran así salvarse de sí mismos.

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El refugio (Manuel Fernández Labrada)

El refugio
Manuel Fernández Labrada
Eutelequia Editorial
2014
150 páginas

Guarda El refugio, de Manuel Fernández Labrada (Jaen, 1958), similitudes con otra novela suya, La mano de nieve. Si en aquella novela el protagonista era Nemo, aquí se trata de un joven hombre innominado. Como aquel, alguien también solitario, excéntrico, dispuesto no obstante a paliar la soledad, merced al amor que una mujer pueda brindarle, si tal circunstancia ocurriera. Si allí era Dina la potencial Dulcinea, aquí tenemos a Arminda.

El joven ingeniero, a falta de un empleo mejor, obtiene un puesto temporal como vigilante forestal en un refugio de montaña. Desde la privilegiada atalaya constata la destrucción de un incendio acaecido tiempo atrás. Si bien, a pesar de tamaña destrucción, un oasis de vida ha sobrevivido: una casa en medio de la devastación, próxima a un río, el Cortijo de los Estrechos, allá donde la mirada se disuelve entre los riscos y las hoces.

No es una idea descabellada pensarse como un hombre de campo, entregar entonces el tiempo disponible al cultivo de una huerta, de un jardín, a la quimera de la autosuficiencia. El joven quiere ver qué hay de cierto en las leyendas que se cuentan sobre los inquilinos del cortijo y su periplo hasta ese edificio se convertirá en toda una odisea homérica, porque así de precaria y endeble es la naturaleza humana, cuando falta el alimento y la bebida, y el agua empapa el cuerpo y la tiritona da paso a la la fiebre que nos convierte en una piltrafa, en un bebé que debe ser auxiliado si quiere sobrevivir. Dicho periplo no lo emprenderá cuando trabaje en el refugio, sino más tarde, cuando pasados unos años, regrese a ese mismo lugar como empleado de una compañía eléctrica, la cual va a instalar unas cuantas torres de acero que atravesarán el cortijo.

Si en La mano de nieve había personajes marcados por la locura (o por una marcada excentricidad), como Segis, Dina y Domiciano, en la presente novela tenemos un núcleo familiar formado por Néstor y sus dos hijas: Olimpia y Arminda, y un tercero: Barnabás, cuya presencia y ausencia siempre resulta ominosa. Un Néstor que parece un quijote resuelto a cambiar el mundo desde su cortijo. Y unas hijas que parecen incapaces de cortar unos hilos invisibles que le unen a su padre, al cortijo, pero que no impiden sus escapadas a la ciudad, o las excursiones por la montaña, ni el deseo de salir de aquel paraíso que bien podría no serlo.

La narración irá levantando interrogantes, al hilo de los procederes de Néstor y de sus hijas, acerca de la extraña relación sexual o afectiva que se traen con Barnabás; interrogantes que lejos de resolverse quedarán abiertos hasta su explosivo final.

Si en la contraportada de la novela se habla de ella como de una fábula es porque hay en la narración una lección moral, deslizada muy suavemente por los personajes, la de no estar dispuestos a formar parte de algo con lo que no se comulga, y echarse entonces a un lado, para buscar los márgenes, las sombras, el silencio; son estas las necesidades de un espíritu recoleto que parece ser el del joven protagonista, más allá de que consiga o no los parabienes que nos brinda el amor.

Can Xue Hojas rojas

Hojas rojas (Can Xue)

Hojas rojas
Can Xue
Traducción de Belén Cuadra Mora
Aristas Martínez
2022, 176 páginas

Can Xue ha publicado en España, La frontera y Nubes flotantes ya envejecidas, ambas en Hermida editores. Hojas rojas, lo ha publicado Aristas Martínez.

Hojas rojas son ocho relatos muy interesantes: Los forasteros, Confesiones de un sauce, El delito, Hojas rojas, Movimiento vertical, La cabaña del monte, Los hombres sombra y Conviviendo con humanos.

Todos los relatos presentan elementos fantásticos. Podemos ponernos en la piel (o en la corteza) de un sauce, en Confesiones de un sauce y seguir sus devaneos mentales en su tira afloja con un jardinero y su lucha por la supervivencia, dictada por el agua que sea capaz de conseguir, y el deseo, no cumplido, de tener patas y poder poner pies (o raíces) en polvorosa.

En Conviviendo con humanos, la voz cantante, o el chac-chac-chac canoro, corre a cuenta de una urraca casada que desde su nido nos narra el día a día con los vecinos. Como en cada relato, el final no deja de resultar sorprendente, tanto como su desarrollo, pues no parece que los personajes estén por la labor de caen en cualquier forma de sentimentalismo.

Los forasteros crea suspense desde su título. La voz narradora es la de una niña. Importa más lo que se vela que lo que se ofrece, lo que se sugiere que lo que es, pero el miedo siempre es una sombra ominosa, a la que en ocasiones incluso se le pone cuerpo.

El delito, nos sirve una caja como macguffin. La duda es si todo es un juego, una broma, una lección. Pero todos parecen participar en el misterio acerca del contenido de la caja que un padre deja a su hija. Una caja cerrada siempre es metáfora de algo. No me pregunten de qué, porque cada caja es un mundo.

Hojas rojas, nos lleva a un hospital. La atmosfera está impregnada de enfermedad y muerte, servida por un suicidio. Y un final que convierte los interrogantes en algo tan escurridizo como los hombres gato del relato.

En Movimiento vertical, uno de los animalillos que habitan la tierra negra del desierto comienza a excavar hacia arriba hasta llegar a la superficie. Su conciencia es humana. Como la de cada animal, o vegetal que comparece en los relatos. Su salida, es un parto, es brotar, abandonar la caverna y abrigar otra realidad. Cambiar unas sombras por otras.

La cabaña del monte es como esa casa de las películas de terror, donde los protagonistas sufren el acoso acústico de ruidos sin identificar, la presencia de merodeadores fantasmales, del aullido de los lobos, y un pozo capaz de absorberlo todo, menos el miedo y la angustia y los delirios que hacen ver cosas inexistentes.

Los hombres sombra como lo es el protagonista del relato busca la oscuridad, sustraerse a las llamaradas solares y kafkianamente también experimentará su particular metamorfosis.